"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

miércoles, 30 de abril de 2014

Adolescentes y sexualidad

Una de las lecciones más grandes, impresionantes y complejas de la adolescencia es la del amor. Con la subida de las hormonas experimentamos ese enamoramiento cerca de lo platónico como nunca, generalmente, vuelve a pasar en nuestra vida. Los adolescentes experimentan la sensación de que se fijen en ellos e idealizan a la persona de la que se enamoran. El problema con el que nos encontramos es que suelen confundir el amor con la atracción física y el enamorarse con el “liarse”. Todos estos sentimientos tan grandes y desproporcionados superan el nivel de madurez emocional todavía sin finalizar su desarrollo, por lo que se podría decir que los adolescentes poseen unas armas que no saben controlar. Es esta, una razón entre muchas otras, por la que es tan importante la educación sexual en los hijos.
 
El descubrimiento sexual no es algo repentino, se descubre paulatinamente pero a un ritmo bastante rápido para la percepción de los padres quienes temen que sus hijos se interesen por las relaciones sexuales por simbolizar que su niño o su niña se le hace mayor.  Pero prohibirles que mantengan relaciones sexuales no surgirá efecto sino todo lo contrario. Las mantendrán sin que lo sepamos y, por tanto, sin que podamos educarles adecuadamente asumiendo todos los riesgos que eso supone.
“La primera vez” suele ser accidentada por la falta de experiencia y decepcionante para algunos por el hecho de haberla idealizado. Sobre todo si la primera vez se lleva a cabo sin enamoramiento previo. Es por esto por lo que es aconsejable que los adultos vinculen la actividad sexual con los sentimientos ya que, como toda decisión en nuestra vida, conlleva responsabilidades. Y, en este caso, las consecuencias pueden suponer riesgos en nuestra salud física y psíquica.
Por otro lado, las películas de amor suelen estar protagonizadas por parejas que, en su primer encuentro sexual, muestran un rendimiento sexual prodigioso y muchos adolescentes se sienten fracasados al no tener la misma efectividad. Sería conveniente desmitificar aspectos como este para que la presión por una ejecución perfecta no estropee ese momento tan especial.
Y ¿Cómo pueden aconsejar los adultos a los adolescentes en cuanto a las relaciones sexuales? Aquí os dejo cuatro consejos generales:
1.      Dando toda la información posible: Si los padres generan un clima de confianza y de comunicación, se generará complicidad desde el principio. Pero esta información y naturalidad no empieza cuando el menor es un adolescente (en la medida de lo posible) sino desde que son pequeños, explicándoles cómo funciona la reproducción, etc. No podemos pretender hablar de sexo a nuestro/a hijo/a de 14 años como si estuviéramos hablando de un tema trivial si previamente no lo hemos hecho nunca. Será raro para nuestros hijos y para nosotros.
2.      Insistir en las precauciones es muuuuuuuuuy importante: hay que explicarles detenidamente cómo se utilizan las medidas de las que disponen para prevenir embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual así como hacerles interiorizar las consecuencias que supondría no hacerlo. Si no tratamos este tema “en frío” lo suficiente, no podemos esperar que lo hagan “en caliente”.
3.      Compartir experiencias: Poner en común experiencias sexuales tanto de los padres como de los hijos puede ayudar a entender muchas cosas y a generar ese clima de confianza que comentaba en el punto número 1. Esto puede parecernos idílico e incluso extravagante, pero eso se debe a nuestra cultura del sexo como tema tabú. Si comenzamos poco a poco a compartir diversas experiencias (no todas ni con necesidad de dar detalles) adecuadas a la edad de nuestros hijos, cuando lleguen a la adolescencia será algo totalmente normalizado y carente de prejuicios.
4.      Respetar su intimidad: No es conveniente forzarles para que nos cuenten todo lo que hacen. Es preferible empatizar con ellos y comprenderles para que, cuando llegue el momento, puedan sincerarse con los adultos y aclarar las dudas.
Ante todo, recordad que todos hemos sido adolescentes y sabemos cómo nos sentíamos. Revolucionados, enamorados o incluso desilusionados por un fracaso amoroso. Intentemos salir de la mirada de padre o de madre o del comentario “por eso mismo, yo sé lo que pasa y no quiero que tú lo hagas”. Utilicemos este conocimiento y esta experiencia para acercarnos a ellos y nunca para alejarnos.
Os dejo dos capítulos de educación sexual de una hora cada uno, uno para adolescentes y otro para niños. Me parecen una herramienta genial para ver en casa en familia o en clase. Una forma de recibir información de forma más amena para conseguir que lo interioricen más fácilmente.
 
PARA ADOLESCENTES:
 
 
 
PARA NIÑOS:
 
 
 

miércoles, 23 de abril de 2014

El amor incondicional de los/as hijos/as


Es bien conocido por todos el amor incondicional que una madre tiene a su hijo. Y si alguien no lo conocía  ya se encargan de recordárnoslo mediante charlas, fotos en las redes sociales, y frases hechas como la de “no hay mayor amor que el amor incondicional de una madre”.
Esto es genial aun ignorando el gran número de familias desestructuradas o con problemas de relación entre sus miembros que existe en el mundo. No cuestionaré un hecho tan bonito que se da en la mayoría de familias del planeta. Pero si algo he de acostumbrarme a ver en esta profesión que he elegido, es el caso de las primeras familias que comento, las desestructuradas y con problemas de relación.
Es entonces cuando veo otro concepto que parece ser que no es tan reconocido o que no se piensa de forma tan generalizada. ¿Qué hay del amor incondicional de un hijo o de una hija? Se oye hablar de los hijos tiranos, de los adolescentes que hacen sufrir a sus padres e incluso de algunos que llegan a las manos y les agreden. Se oye hablar de niños que no estudian y no aceptan las normas familiares, de adolescentes que se pasan el día bebiendo en el parque sin pasar por casa y de jóvenes que no toman precauciones en sus relaciones sexuales dando un susto a sus padres.
Pero... ¿qué pasa con el otro porcentaje de hijos? Todos los que sois padres y madres habéis sido hijos primero, ayudadme a empatizar un poquito con los de ahora. ¿Sabéis que hay niños que se sienten culpables de que sus padres se divorcien? ¿Sabéis que se sienten todavía más culpables cuando se quedan con un progenitor y el otro marcha de casa? ¿Conocéis a alguno de esos adolescentes que no sale de casa por estar con su madre con depresión? ¿Habéis charlado con alguno de esos jóvenes que repiten los patrones de su padre para que todo su mundo tenga sentido? Y otro dato importante… ¿Sabíais que hay hijos que se pasan la vida consolando a sus padres o protegiéndoles porque no han sido capaces de enfrentarse al mundo de manera adaptativa?
Me parece muy enternecedora la idea del amor incondicional de una madre y creo que tiene unos beneficios más que positivos en la crianza psicológica de sus hijos. Pero por favor, no nos olvidemos de los hijos de ahora, no necesitan ser padres para sentir ese amor incondicional.
 

miércoles, 16 de abril de 2014

¡Ayuda! ¡Mi hij@ está de vacaciones!

En esta época de Semana Santa, algunas personas planean qué hacer con sus días libres. ¿Nos vamos a la montaña? ¿A la playa? ¿Descansamos en casa?
 
Otros, por el contrario, ya saben lo que van a hacer. Cuidar de sus hijos e hijas. Si los dos progenitores están de vacaciones, podrán planear sitios a los que ir toda la familia y disfrutar en común estos días de Semana Santa. Pero ¿Qué pasa si sólo el padre o la madre está de vacaciones? Pueden ocurrir dos cosas:
1.      Que la persona que esté de vacaciones disfrute de sus hijos aprovechando que no tiene que trabajar
2.      Que surjan los enfados, discusiones y la desesperación por cuidar de sus hijos las 24h al día en contraposición a la temporada escolar
 
¿Qué hacer en el primer caso? Disfrutar

¿Qué hacer en el segundo caso? Empatizar con los hijos. Ellos quieren disfrutar de su madre o de su padre ahora que nada se lo impide. Sí, es cierto, los padres también quieren descansar y es totalmente comprensible. Entonces ¿cómo lo hacemos? Algo que puede ser útil es organizarnos el tiempo diario. Como si trabajáramos pero con actividades de ocio. Si antes dedicábamos 8h diarias en la oficina, ahora podemos dividir esas horas en tiempo para nosotros y tiempo para nosotros junto a ellos (en teoría, no es tiempo para nosotros y tiempo para ellos si partimos de la base de que os gusta y os apetece disfrutar de vuestros hijos).
 
 
Y ahora, seguimos complicándolo un poquito más. ¿Qué pasa si los dos progenitores trabajan?
 
 
Algo a lo que se recurre fácilmente es la llamada a los “Súper Abuelos”. Esas personas que dedican todo su día a cuidarles cuando a sus hijos les es imposible. ¿Es adecuado? ¿No lo es? Eso dependerá siempre de vuestros puntos en común y vuestras diferencias con ellos a la hora de educar a vuestros hijos. Si la visita a casa de los abuelos complica la relación familiar porque consideran que no es necesario respetar los límites que vosotros ponéis a vuestros hijos, quizá es mejor buscar otra opción que os haga sentir seguros y, además, no suponga enfrentamientos. Si por el contrario, estáis de acuerdo en la forma de educarlos por parte de los Súper Abuelos y no les supone un compromiso excesivo (ojo, esto es muy importante. Ellos también quieren disfrutar de su tiempo libre, sobre todo ahora que han trabajado tanto para llegar a la jubilación) adelante. Estáis de suerte :).  
 
 
Por otra parte, hay centros psicopedagógicos y clínicas que ofrecen escuelas en vacaciones con actividades dinámicas y talleres grupales de educación emocional, autoestima y habilidades sociales entre otras actividades. Esta es una buena opción si tenemos en cuenta que además de pasárselo bien, los niños y niñas aprenden aspectos que no se suelen dar en el colegio. Ellos desconectan del colegio y nosotros nos aseguramos que siguen aprendiendo mientras se divierten.
 
 
Pero recordad siempre que estas medidas se pueden tomar por motivos laborales o para hacer determinadas tareas durante unas horas al día. Nunca se debe prescindir de los hijos para desentendernos o para mantenerlos ocupados durante todo el día. Necesitan descansar y pasar tiempo con las personas más importantes de su vida, sus padres.

miércoles, 9 de abril de 2014

Juegos Psicológicos


La semana pasada hablábamos de chantaje emocional pero… ¿os suenan los juegos psicológicos?
 
Los juegos psicológicos se dan cuando nos comunicamos aparentemente desde una parte de nuestra personalidad: YO PADRE, YO ADULTO y YO NIÑO (si no sabes a qué me refiero pincha en la palabra padre y la palabra niño) pero, de manera oculta, nos estamos comunicando con otra parte. A esto se le llaman “transacciones ulteriores”.
 
¿Por qué se hacen juegos psicológicos? Porque así favorecemos nuestro guión de vida.
 
Y ¿Qué es el guión de vida? Es la forma en la que hemos vivido nuestra vida desde que éramos pequeños. Ej: Si siempre hemos estado al lado de una persona que nos ha tratado mal (madre, padre, hermano…), estamos acostumbrados a hacer el papel de padre de nuestros familiares, hemos hecho determinadas cosas para conseguir lo que queríamos, etc. algunas personas preferirán seguir como siempre a pesar de ser algo negativo. Es una vez más la idea de “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
 
 
Funciones del guión de vida
-          Evitar la angustia
-          Obtener atención y cuidado de los padres
-          Establecer las reglas con las que moverse, primero en familia y más tarde en la sociedad.
-          Decir quién es uno mismo y si está bien o mal
-          Decir quiénes son los demás y si están bien o mal
-          Y, con esto, programar actividades. Es decir, saber qué tiene que hacerse, qué puede hacerse, qué no tiene que hacerse y qué no puede hacerse en un determinado momento.
Los padres que educan a sus hijos desde el YO PADRE POSITIVO en primer plano y con el adulto y el niño en segundo plano, educan hijos ganadores en cuanto a que consiguen hacer lo que desean aunque eso suponga ser un ermitaño sin un duro. Por el contrario, si los mismos padres educan a sus hijos desde el YO NIÑO o desde el YO PADRE NEGATIVO (que critica desde el prejuicio o es asfixiante sin dejar crecer a sus hijos), propiciarán que los guiones de sus hijos sean de perdedores o de mediocres.
 
 
Características de los juegos psicológicos
1.      Son repetitivos
2.      En ellos no se usa el adulto
3.      Los que lo juegan acaban sintiéndose mal
4.      Siempre suponen un momento de confusión (cambio de rol de una de las personas)
 
 
¿Cómo se originan?
Cebo + Flaqueza = Respuesta à Cambio à Confusión à Desenlace
 
Cada uno de nosotros tenemos nuestras flaquezas. En un caso concreto, una de estas flaquezas nos hace picar el anzuelo con el cebo. Generamos una respuesta (nosotros y la otra persona) y, de repente, alguno de los dos cambia el rol que tenía asignado (víctima, perseguidor o salvador) y nos genera confusión. Más tarde, hay un desenlace.
 
 
Tipos de juegos psicológicos
Dame una patada: con él mantenemos la creencia de que necesitamos ser rechazados para recibir atención.
Policías y ladrones: quien empieza el juego lo hace como perseguidor y termina siendo una víctima.
Tacha: Busca siempre los defectos ajenos.
Si no fuera por mí: Se queja a los demás sobre cómo le impiden hacer algo que quiere. Ej: “Si no fuera por ti, podría irme de viaje”, “Si no fuera por ti, me iría de casa”.
Te pillé: Empieza como víctima y cuando el otro muerde el anzuelo (cebo), se cambia al rol perseguidor. Ej:
-          Estoy muy cansada, no puedo más…
-          ¿Sí? Pobre, ven aquí cariño
-          ¡Es que si tú hicieras lo que tienes que hacer!
 
Rapo: Es el “Te pillé” pero sexual. Personas que se dejan seducir y luego, una vez la otra persona pasa a la acción, le recrimina lo que hace.
Sí, pero…: Dar soluciones que nunca gustan a la otra persona. La persona que da soluciones se entristece y la otra persona se enfada porque no es capaz de ayudarle.
Pata de palo: Pone excusas para no afrontar algo adoptando el rol de víctima. Ej: “Qué puedes esperar de alguien tan _______ como yo”. Siempre en versión negativa.
Estúpido o Pobre de mí: Son como Pata de palo pero se excusan para recibir elogios y atención. Si la otra persona le confronta para que decidan ellos, pueden responder con enfado o acusando, por ejemplo, con un “tendría que haberme imaginado que no me podías ayudar”.
Hazme algo: Piensa por mí, decide por mí, llévame a tal sitio porque “yo no sé”. Si, posteriormente, el resultado es negativo, va a recriminarle a la persona que le ha llevado a ese sitio, a decidido por él, etc. lo mal que lo ha hecho. Si acaba así, este juego se convierte en Mira lo que me has hecho hacer.
Sólo intento ayudarte: Una persona intenta ayudar a alguien desde la postura de “salvador” y, cuando rechaza su ayuda o se sigue metiendo en líos, la persona como salvadora se siente incompetente porque no ayuda desde el adulto sino que tiene la necesidad de ayudar a alguien con su sabiduría y experiencia en ese determinado aspecto. Con el tiempo, esta persona pasa a echar en cara toda la ayuda proporcionada y el juego se llama Mira cuánto lo he intentado. Ej: Una madre controladora.
 
 
Y para los que procesan mejor la información mediante un video, os dejo el siguiente en el que a pesar  de no hablar de los tipos de juego, puede ayudaros a entender mejor cómo se dan los juegos psicológicos y qué ocurre cuando jugamos.
 
 

martes, 1 de abril de 2014

¿Chantaje emocional? ¿Yo? ¡Qué poco confías en mí!

¿Conocéis a alguna persona que os explica lo mal que está y os hace sentir en la obligación de responder con atención, comprensión y cariño?
Si esto os pasa reiteradamente, quizá estáis ante chantaje emocional. Para protagonizar este tipo de chantaje no es necesario que ocurra más de una vez pero, evaluando si este comportamiento se repite podemos evitar responsabilizar de este tipo de chantaje a otras personas que nos cuentan lo mal que se encuentran cuando, en realidad, todos hemos necesitado que nos escuchen y nos quieran más de una vez.
Si alguien considera que está siendo un objetivo claro de chantaje emocional de una determinada persona, ha de saber que este comportamiento dura el tiempo que la persona esté dispuesta a seguir premiando y atendiendo. El chantaje siempre se da en relaciones entre el YO NIÑO y el YO PADRE (Si no habéis leído las entradas referentes a este tipo de estados de la personalidad, es un buen momento para que lo hagáis o es probable que no comprendáis bien lo que queda de entrada).
El primer tipo de chantaje emocional comienza con el YO NIÑO con la postura de la vida de “yo no estoy bien y tú estás bien”. Dentro de este tipo hay dos subtipos:

1.      Indefenso:
-          Chantajista (N-P): Hoy vuelvo a estar triste
-          Compañero (P-N): Oh, siento escuchar eso
-          Chantajista (N-P): Y el jefe vuelve a atacarme
-          Compañero (P-N): Qué mal, eso no está bien


2.      Mimado: El NIÑO busca caricias y atención pero éste puede ser respondido por el PADRE CRÍTICO NEGATIVO.
-          Chantajista (N-P): Tampoco has sido de mucha ayuda
-          Compañero (P-N): ¿No puedes resolverlo tú solo?
-          Chantajista (N-P): Pero… ¿Qué quieres que haga? ¡Es el jefe!
-          Compañero (P-N): Vale y ¿por qué no te has quejado al sindicato?


El segundo tipo de chantaje empieza con el YO PADRE: “Yo estoy bien y tú no estás bien”.

1.      Útil:
-          Chantajista (P-N): ¿Seguro que has comido suficiente?
-          Compañero (N-P): Sí, claro.
-          Chantajista (P-N): Venga, ¿por qué no te comes este último trozo?
-          Compañero (N-P): De verdad, estaba muy bueno pero estoy lleno. Gracias.


2.      Mandón: Se inicia en el YO PADRE CRÍTICO NEGATIVO para obtener caricias de disculpa por su compañero.
-          Chantajista (P-N): ¡Vuelves a llegar tarde!
-          Compañero (N-P): ¡Lo siento!
-          Chantajista (P-N): ¿Qué lo sientes? Es la cuarta vez esta semana…
 
Si os habéis sentido identificados iniciando alguno de estos tipos de chantaje emocional ¿Cómo creéis que podríais conseguir esas caricias y esa atención sin hacer chantaje emocional?
Si, por el contario, sois quien recibís ese chantaje y lo seguís ¿Habéis aceptado ser el compañero de un chantajista? ¿Qué cuatro modos estuvieron presentes? ¿Qué podríais hacer para no acariciar ni atender a los chantajistas?