"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Buscar trabajo, es un trabajo



Hoy os dejo con la colaboradora experta en Recursos Humanos. Maite Gómez nos explica los pasos a tener en cuenta para buscar trabajo de forma eficiente.
 
¿Quién no ha odio hablar de lo mucho que valoran las empresas la proactividad y la motivación? ¿Qué es ser proactivo?

La “proactividad” es un término relativamente reciente y si no me equivoco, ni la RAE lo recoge. Aparece en el contexto de la psicología del trabajo y las organizaciones para describir a los sujetos que muestran actitudes y comportamientos ACTIVOS y con INICIATIVA. 

Piensa ahora en la situación laboral “búsqueda ACTIVA de empleo”  ¿Ya?

Como bien he indicado en el título del post, buscar trabajo no deja de ser un trabajo en sí, y para ello hay que dedicar tiempo. No vale leer por encima las ofertas y enviar el CV haciendo clic y contestando a las preguntas de según qué portal de empleo; hay que parar, leer, investigar, conocerse, seguir investigando…

En este post voy a intentar explicar cómo buscar empleo en 7 pasos:

1.   ¿Qué quiero? ¿Qué busco? Para responder a estas preguntas primero debemos conocernos a nosotros mismos, y por ahí debemos empezar. Siéntate y piensa en qué eres bueno, qué se te da mejor hacer.

Muchas veces nos empeñamos en ser buenos en algo porque “tiene salida” pero si realmente no nos convence o no nos gusta pueden pasar dos cosas: que lo dejemos ver en la entrevista sin querer, o si encontramos empleo, no estemos satisfechos.

Es la tarea más difícil de las 7, ¡si la hacemos bien ya tendremos gran parte del recorrido! ¿A QUÉ ESPERAS?

2.    Una vez sepamos “qué queremos ser de mayor” debemos comenzar con la búsqueda. Atrás quedó el CV en papel  o recorrer toda la ciudad dejando personalmente el CV. Regístrate en los portales de empleo y recuerda TENER TODOS LOS PERFILES ACTUALIZADOS (infojobs, jobandtalent, infoempleo, monster, linkedin,…) Además, debemos tener muy claro que el currículum no es estático, debe cambiar según la empresa a la que postulemos puesto que no todas piden lo mismo  para un perfil similar.

3.   Una vez tienes los perfiles, encuentra las empresas que estén buscando perfiles como el tuyo e inscríbete. Además, si  te interesa realmente el puesto haz que tu CV destaque de los cientos que reciben: intenta hablar por teléfono con la persona que gestionará el proceso, consigue una dirección de email directa donde enviarlo,… todo lo que se te ocurra para que tu candidatura aparezca la primera


4.   ¡NO TE RINDAS! Es probable que después de un tiempo buscando te frustres, pero sigue intentándolo. 

5.    Busca empresas en las que te gustaría trabajar y envía tu AUTOCANDIDATURA aunque no busquen a nadie para el puesto. Crea la necesidad o haz que te recuerden cuando sí precisen un perfil como el tuyo ¡NO PARES DE BUSCAR E INTENTARLO!

6.     Compara tu perfil profesional con los requisitos que buscan en las ofertas, averigua qué puedes hacer para ganar posiciones, ¿qué me falta?: curso formativo, inscribirte en una academia para aprender un idioma,… ¡SIGUE ASÍ, ESTÁS A PUNTO DE CONSEGUIRLO!


7.       ¡INSISTE, INSISTE, INSISTE!

Claro que no son las reglas de oro para conseguir el empleo de tus sueños, pero sí es la forma de ser ACTIVO y mostrar INICIATIVA. Comportamientos claves para las empresas. 

Y a ti, ¿qué técnicas te van mejor para buscar empleo?



miércoles, 18 de noviembre de 2015

Mi hijo grita aterrorizado por la noche



¿Te has despertado alguna vez porque tu hijo o tu hermano pequeño ha gritado desconsoladamente en mitad de la noche? Si es así, imagino que habrás sentido miedo y preocupación. Pues bien, tengo una noticia que te gustará. Eso que le ocurre son terrores nocturnos y no producen malestar en quien lo padece aunque pueda parecer todo lo contrario.   
 
Los terrores nocturnos son un tipo de parasomnia (trastorno de la conducta durante el sueño) diferente de las pesadillas, el sonambulismo y el bruxismo (rechinar los dientes de forma repetitiva, rítmica y haciendo bastante ruido).

Los terrores nocturnos son despertares bruscos que se producen, generalmente, durante el primer tercio del episodio de sueño mayor y se inician con un grito de angustia. Aparecen signos de activación vegetativa de carácter intenso como, por ejemplo, taquicardia y sudoración. El niño que está en medio de un terror nocturno, no se calma aunque los demás familiares intenten tranquilizarle.

Un aspecto muy representativo de los terrores nocturnos y, además, tranquilizador para los familiares, es que el niño no es consciente del episodio a pesar de que se muestra tan intenso y tampoco recuerda al día siguiente lo ocurrido, por lo que no sufre en ningún momento. Ni durante el episodio, ni al día siguiente.


¿Por qué ocurren?

Los terrores nocturnos se dan por la falta de madurez del Sistema Nervioso Central (SNC), lo que hace que el paso a las diferentes fases del sueño no se produzca con suavidad. La hiperactivación del SNC suele tener causa genética en el 80% de los casos. Los niños que padecen terrores nocturnos, suelen tener parientes que también los han experimentado o que han padecido sonambulismo. El rango de edad donde los terrores nocturnos se dan con mayor frecuencia oscila entre los 4 y los 12 años, siendo más propensos los niños que las niñas.

Además de la causa principal de carácter neurológico, los terrores nocturnos se suelen dar en niños que estaban muy cansados, estresados o estaban enfermos. Que estaban iniciando una medicación nueva y en aquellos que dormían en un nuevo entorno o lejos de su casa.


¿En qué se diferencian los terrores nocturnos de las pesadillas?

Durante las pesadillas, el niño sueña con imágenes (por eso las recuerda) y se despierta en la fase del sueño paradójico en la última mitad de la noche. Por el contrario, el terror nocturno ocurre durante la fase IV, donde no hay sueño con imágenes y se da durante las primeras horas de la noche (dos a tres horas después de que el niño se duerma).

Las pesadillas se pueden recordar con detalle mientras que los terrores nocturnos, como ya os he dicho, no se recuerdan.

Cuando se están teniendo pesadillas, el cuerpo experimenta pocos cambios que reflejen ansiedad. Por otro lado, en el terror nocturno se dan muchos cambios (taquicardia, sudoración, temblor, etc.) y ansiedad intensa.

En las pesadillas no se suele decir nada, ni gritar, ni hacer movimientos mientras que en los terrores nocturnos, el niño grita con pánico y puede manifestar movimientos repetitivos como, por ejemplo, agarrarse a la almohada.

Cuando el niño con pesadillas se despierta, está totalmente consciente y bien orientado. Por el contrario, un niño que ha manifestado un terror nocturno y se despierta, puede no responder a los intentos de calmarlo y estar algunos minutos confuso y desorientado.


Es por estas características tan intensas por lo que suele preocupar a los familiares. Pero insisto, no hay que preocuparse, quien los padece no sufre con ellos. En todo caso, el niño sufre por los motivos que los han desencadenado si son a causa de cansancio extremo o ansiedad.


¿Qué podemos hacer ante los terrores nocturnos?

A pesar de la impotencia que pueda generar en los padres el oírle gritar y no poder hacer nada, lo mejor es esperar a que pase y no despertarle. Si se le despierta, se desorientará, se sentirá confuso y le costará más volver a dormirse. Es aconsejable que los adultos se limiten a asegurarse de que no se hace daño durante la agitación del terror nocturno. 

Los terrores nocturnos no tienen tratamiento, puesto que se parte de la base de que remitirán cuando el SNC madure con el tiempo. Algo que los familiares sí pueden hacer para reducir su aparición es:

·       Reducir el estrés del niño o trabajar emocionalmente con él si se considera que hay un problema concreto que provoque la ansiedad.
·         Fomentar la higiene del sueño estableciendo una rutina tranquila antes de irse a dormir.
·         No permitir que el niño se canse demasiado acostándose tarde.

Aunque los terrores nocturnos no suponen una preocupación excesiva, los padres pueden llevar al niño al pediatra ante sucesos repetidos. Quizá necesite una valoración de los especialistas del sueño.



miércoles, 11 de noviembre de 2015

Familia y discapacidad

Hoy os vengo a hablar de la entrevista que me realizó la pasada semana el periodista Daniel Moltó para el periodico El Mundo sobre el papel de la familia en el cuidado de las personas con discapacidad.




"Ansiedad, soledad, incomprensión y sobre todo, culpabilidad. Son los sentimientos que, habitualmente, atrapan a las personas con familiares discapacitados a su cargo, especialmente a los padres, quienes a todo ello suman la incertidumbre que les provoca pensar en cómo será el futuro de sus hijos sin su asistencia.

Dar solución a esos conflictos y ofrecer herramientas para potenciar actitudes más constructivas es el objetivo de talleres como los que este mes de noviembre desarrolla en Ibi (Alicante) la psicóloga Mónica Blasco. La iniciativa, dirigida principalmente a padres con hijos discapacitados, se imparte en la Asociación Adibi -especializada en discapacidad y enfermedades raras- y forma parte de los proyectos subvencionados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que Cocemfe pone a disposición de las 46 asociaciones federadas en la provincia de Alicante."

Podéis leer el artículo entero en elmundo.es o pinchando en el título del artículo: El reto de tener un hijo con discapacidad.

 

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Niños con dificultades de aprendizaje, eternos olvidados



Hoy vengo a hablar de los Trastornos de Aprendizaje y el sistema educativo. Hoy salgo de mi postura de observadora y me lanzo a opinar. Necesitamos un cambio, nuestros niños están sufriendo.

Antes de todo, creo que es necesario que defina lo que son los Trastornos de Aprendizaje.

La definición más utilizada de trastorno del aprendizaje (TA) es la incapacidad persistente, inesperada y específica para adquirir de forma eficiente determinadas habilidades académicas (ya sea lectura, escritura, cálculo, dibujo, etc.), y que ocurren a pesar de que el niño tenga una inteligencia normal, siga una escolarización adecuada y su entorno socio-cultural sea favorable”


Hay varios tipos de TA
Dislexia: problemas para la comprensión, fluidez y precisión lectora.
Disgrafía: problemas en la escritura.
Discalculia: problemas para la adquisición de conceptos numéricos y para la aritmética.
No especificado

Si observamos bien, estos tipos de trastorno afectan directamente en la forma en la que el sistema educativo asienta sus bases. En el momento en el que un niño o una niña presentan problemas para leer o escribir, su capacidad para realizar las actividades diarias y para estudiar los exámenes perjudica notablemente los objetivos a conseguir.

Cada vez más, nos encontramos casos como estos en las aulas y, en las mejores ocasiones, los niños y niñas pueden optar a unas cuantas horas de apoyo (totalmente insuficientes para su dificultad). Si nos ponemos en el lugar de los educadores y pedagogos, puede ser comprensible que, ante el alto nivel de niños en cada curso, se vean sobrepasados para atender a todos los niños de forma individual. Cabe destacar que no siempre se da un abordaje deficitario con estos niños. Depende de la motivación de los profesores y de la cantidad de niños con TA dentro de una misma clase entre otros motivos.  Pero, en los casos en los que no se trabaja adecuadamente con estos niños, ¿de verdad es tan difícil mantener el contenido de las asignaturas pero cambiando la forma?

Si en clase hubiera un niño o una niña con una discapacidad visual, nos parecería obvio adaptarle los exámenes y ejercicios a un formato oral. Si nos encontráramos ante un niño con dificultades auditivas, no habría ningún problema en enfatizar su enseñanza de forma visual. Y si un profesor de Educación Física se encuentra con un alumno o una alumna que hace su clase en silla de ruedas, sabría que necesita adaptar sus ejercicios para esa persona en concreto.

¿Por qué no podemos hacer lo mismo con los Trastornos de Aprendizaje? ¿Tan difícil es? ¿No es posible hacer exámenes orales a quien le cuesta escribir? ¿No se le puede hacer una adaptación curricular no significativa a un alumno que tarda una gran cantidad de tiempo en hacer los ejercicios, mandándole los más importantes y sin necesidad de que tenga que exigirlo de forma continuada la familia o un profesional ajeno al centro?

Los niños con Trastorno de Aprendizaje sufren por una mala gestión en los centros escolares. Pasan en las aulas una gran cantidad de horas diarias y, por consiguiente, una grandísima cantidad de tiempo durante los 16 primeros años de vida. Además de en casa, los niños forman su identidad en el colegio junto a sus amigos y junto a su desempeño académico en el que la familia hace tanto hincapié. 

Estos niños ven que no consiguen adecuarse al ritmo de su clase, creen que no llegan, que no son aptos y que no sirven para lo que están dedicando una gran parte de su vida. En el peor de los casos, el desconocimiento por parte de las familias, puede multiplicar estos sentimientos negativos, creyendo que su actitud es negativa, que no quiere estudiar, que pone excusas y poniendo continuos castigos por su “mala conducta”. 

Estos niños se frustran, se comparan y sufren aun teniendo un rendimiento intelectual medio simplemente por el hecho de no adecuarse a un método de enseñanza que se basa en métodos en los que encuentran dificultades de origen neurológico y, por tanto, no han decidido experimentar. ¿De verdad vamos a dejar que niños inteligentes minen su autoestima solo por la forma en la que se aprende? ¿De verdad vamos a condicionar de forma nefasta su futuro? Esto pasa señores y señoras. Pasa de verdad.

Les veo y me frustro como ellos. Les veo y me niego a que nadie les de voz.