Siempre he sido partidaria de
mirar la parte positiva de las cosas puesto que, ya que las vivimos, qué menos
que sacar partido de ellas. Pero, tras ver este video me he planteado verlo de
la forma contraria, en negativo. Casualmente, me he sorprendido al ver que
también con esta perspectiva puedes sacar partido de las cosas. Quizá ver el
lado negativo de las cosas (de algunas por favor, vivamos felices, gracias) no
es el problema, sino victimizarse por ello y no enfocar los problemas
encontrados hacia la proyección de un cambio. Aquí, alguien que conozco me
diría basándose en el Análisis Transaccional: “Estaríamos usando el yo adulto”.
A pesar de que en menos 10
minutos el video nos bombardea con un montón de información muy interesante, he
decidido hablar sólo de una cosa. Al fin y al cabo la vida va de eso, tomar
elecciones y decisiones día a día, minuto a minuto.
La continua evolución de la tecnología,
Internet, los juegos electrónicos y demás, es infinitamente positiva para
aumentar la creatividad, motivar a los alumnos para el aprendizaje en el
colegio, la mejora de la expresión… Pero si algo se entiende con el video que
muestro a continuación es el daño que se le hace a la tolerancia a la
frustración, al refuerzo a largo plazo y a la adaptación a los cambios. ¿Con
qué cara le dices a un niño que estudiar es bueno para tener un futuro
prometedor (ignorando la nefasta situación económica y laboral actual) si nada
más escribir en google “videos graciosos de gatitos” ha encontrado 100.000 links
que le dan lo que pide? ¿Cómo le puedes prometer a un adolescente: “si estudias
lo máximo posible para el examen de matemáticas que tanto te cuesta, el domingo
nos vamos al cine” si nada más poner en las redes sociales “cansado de estudiar”
tiene 10 me gustas y 5 comentarios? Y lo mejor de todo, ¿cómo vas a enseñar a
una persona a aceptar los aspectos negativos e incontrolables de la vida si
puede jugar a Los Sims y crearse a sí mismo, poner el truco del dinero, bajar
el “libre albedrío” al mínimo y controlar todas y cada una de las acciones que
pasa en su amada e irreal familia? No, si encima querremos que los jóvenes de
ahora, sean iguales que los de antes.
Como en todos los aspectos de la
vida, nada es infinitamente bueno o malo. Afortunadamente la dicotomía la dejé
aparcada hace un tiempo (al menos, conscientemente). Por mi parte, voto por
sacarle partido a los nuevos avances con los que convivimos día a día sin dejar
de tener en cuenta en cómo repercute, negativamente, en nuestra forma de
afrontar los sucesos que nos pasan. De esta manera, sabremos qué es aconsejable
paliar y decidiremos si buscar cómo hacerlo y si queremos hacerlo. Pero esto,
amigos, es tema de otra entrada ;)