"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

miércoles, 28 de mayo de 2014

Papá, mamá ¡TE ODIO!


Esta semana he decidido hablaros sobre un tema bastante difícil. Difícil para el niño que está recibiendo información negativa sobre una persona a la que quiere y admira. Difícil para el progenitor que ve como su hijo/a se aleja y le rechaza y difícil para la familia de origen del progenitor que sufre. Sí, hablamos de la alienación parental.
Para que entendáis lo que es el Síndrome de Alienación Parental de forma más amena os invito a que veáis el siguiente video donde la psicóloga Ainhoa Duque nos introduce en esta problemática:
 
 
Ahora que ya nos hemos introducido en este tema, ¿cómo son las personas que forman parte en la alienación parental?

Características del progenitor ALIENADOR:
-          Sobreprotector con el hijo o la hija
-          Celos o rabia hacia su ex pareja
-          Se considera víctima por un trato injusto anterior de su ex pareja
-          Se basan en la venganza
-          Dependencia emocional por la que controla totalmente a sus hijos
-          Domina el “arte” del chantaje emocional (victimismo, miedo, culpa…)
-          Se niega a pasar llamadas a sus hijos de su otro progenitor
-          En el caso de separación, puede organizar actividades con su hijo en el régimen de visitas del otro progenitor
-          Sufre “olvidos casuales” para avisar al otro progenitor de citas importantes
-          Impide al otro padre acceder a información de su hijo (expedientes médicos y/o escolares)
-          Toma decisiones importantes sin contar con su ex pareja como cambiar de colegio.
-          Critica despectivamente a la nueva pareja del otro progenitor delante de los niños y hacia ellos.
-          Prohíbe a sus hijos utilizar las cosas que le compra el otro progenitor afirmando que son feas así como ponerse en contacto con él/ella (chantaje emocional).


Características del progenitor ALIENADO:
-          Déficit en habilidades sociales y en habilidades parentales de educación y crianza
-          Víctima pasiva
-          Poca sensibilidad hacia las necesidades de los hijos
-          Estilos educativos inadecuados
-          Puede evitar determinados comportamientos para evitar situaciones que le producen malestar
-          Es posible que esté más preocupado por la manipulación de su ex pareja que por su contribución al problema.

Imaginad lo difícil que es para un padre o una madre que su hijo le rechace y le odie sin duda alguna. Imaginad lo difícil que es para un hijo creer que uno de sus héroes no es quién creía ser, es horrible y merece ser castigado. Imaginad el vacío que sienten ambos.
 
 
 

miércoles, 21 de mayo de 2014

Un adolescente en la familia


Hoy en día, ser joven-adulto es algo bueno, guay, deseable, apetecible… al menos es lo que nos vende la cultura comercial que nos caracteriza (moda, deportes, música…). Esta es una de las causas por las que los adolescentes quieren crecer, quieren aparentar mayores. Pero el problema viene cuando la sociedad les incita a crecer rápidamente para conseguir algo positivo y luego, la vida real, les recuerda que ser adulto conlleva ciertas responsabilidades. Es entonces cuando cada adolescente lo afronta de diversas maneras: Pueden no asumir responsabilidades porque esa no es la imagen que tienen de lo que es ser joven-adulto, pueden frustrarse porque no era lo que pensaban, pueden sentirse incomprendidos…
 
Otro aspecto que caracteriza a la adolescencia es la distancia que los hijos ponen con respecto a sus padres. Estos últimos lo pueden vivir con tristeza, como un abandono. Pero vamos a intentar empatizar con los adolescentes, vamos a meternos en sus procesos inconscientes. Cuando son niños, los padres son sus héroes más queridos. Lo saben todo. Desde dónde está la ropa que no encuentran hasta resolver los ejercicios que les parecen un mundo. A medida que van creciendo, su nivel intelectual va mejorando y los padres dejan de ser poco a poco esos héroes que tanto admiraban. Esto es algo doloroso para ellos. Se dan cuenta de que sus padres no lo saben todo y, por tanto, pierden en cierta medida esa protección que creían tener. ¿Cómo pueden afrontarlo de manera que les resulte menos doloroso? Con el rechazo total. Si me aparto reduzco las posibilidades de que me hagas daño. Es entonces cuando buscan fuera de la familia una figura que les genere seguridad y un héroe al que admirar, por lo que tenemos que estar atentos ya que no siempre es la persona más adecuada.
 
Si hay algo que en la familia se complica mucho llegada la adolescencia es la comunicación. En algunas ocasiones, cada conversación acaba en enfados y peleas. En otras, la comunicación no existe. La pelea hace que los padres se agobien y, en muchas ocasiones, sólo se escuche la versión de los hijos pero no es aconsejable que esto pase. Es preferible que los padres comuniquen a sus hijos lo que opinan a pesar de que aparenten que no le están escuchando o su respuesta sea negativa. Es mejor que los padres hagan todo un monólogo con la esperanza de que algo de lo que dicen les quede en su memoria al hecho de que no exista comunicación. Otra situación que hace mucho más difícil la comunicación es la actitud paterna de demostrar que son superiores y que se deben acatar sus normas para no perder autoridad. Cuando los niños son pequeños es necesario en ocasiones que los padres marquen su territorio pero, en la adolescencia es totalmente inconveniente ya que generará más agresividad por parte del adolescente y eliminará cualquier intento de comunicarse con sus padres. Y ¿cómo lo hacemos entonces? Con empatía. Poniéndonos bajo su perspectiva y haciéndoles entender que les comprendemos y que nosotros también hemos sido adolescentes no hace mucho (en contraposición a lo que ellos puedan pensar).
 
Pero entonces… ¿significa esto que no se les pueden poner límites a los adolescentes? Clarísimamente no. No se trata de poder poner límites sino de que es muy aconsejable y recomendable que se les pongan, pero de otra forma. Ya no se les puede decir “no haces esto porque lo digo yo que soy tu padre/madre”. Si decíamos antes que su habilidad intelectual ha mejorado, el adolescente necesita un motivo mucho más elaborado para que perciba que tiene sentido ese límite. Y por mucho que los adolescentes se esfuercen por decirnos mil y una vez que los padres buenos son los que les dejan hacer todo a sus hijos, en realidad, estos límites les dan seguridad para saber qué hay que hacer y qué no hay que hacer. Porque aunque sea crean que lo saben todo en el fondo son conscientes de que no son los reyes del mundo y que necesitan personas que les guíen en esta etapa tan compleja. Pero ¡ojo! no necesitan personas tiranas, necesitan personas que les generen seguridad y afecto.

miércoles, 14 de mayo de 2014

¿Estudiar menos y aprobar más? ¡Me apunto!

¿Existe realmente algo que a los estudiantes les suena a fantasía? ¿Se puede estudiar menos y aprobar más? Sí, se puede. Pero ¡ojo! No nos engañemos. No se trata de llegar a un examen sin estudiar y pensar que se va a aprobar. Si lo hacemos, sufriremos después una decepción.
De lo que os hablo es de las técnicas de estudio. Esas herramientas olvidadas que se dan en algunos colegios a finales de la enseñanza secundaria obligatoria o incluso en el bachiller.
Las técnicas de estudio nos sirven para organizarnos, para recoger lo importante, para memorizar con menos esfuerzo y para repasar mucho más rápido con la misma eficacia. Son habilidades que, por todos los aspectos positivos que conllevan, es aconsejable que se aprendan tanto a nivel preventivo como si hay problemas en el rendimiento académico o, incluso, cuando la motivación brilla por su ausencia. No nos olvidemos que las técnicas de estudio nos ayudan a estudiar mejor y, por tanto, si se llevan a cabo adecuadamente, tardaremos menos tiempo en alcanzar los objetivos de estudio.
 


 
¿En qué consisten las técnicas de estudio? En adquirir las siguientes habilidades:
Velocidad lectora: Si aprendemos a leer más rápido, necesitaremos dedicarle menos tiempo a la lectura que queremos memorizar.
Comprensión lectora: En la mayoría de los casos nos encontramos que las dificultades en el rendimiento académico vienen dadas por una escasa comprensión lectora. Es lógico. Si no entendemos lo que leemos, difícilmente podremos estudiar dando sentido a lo que leemos. Es entonces cuando ocurre algo típico en bastantes estudiantes: Estudiar de memoria, de carrerilla, como un papagayo, etc. Esto es una tarea muy difícil. Es comprensible que no les guste estudiar de ese modo. Dedican un esfuerzo tremendo a repetir cosas en un idioma que no entienden. Desmotivador ¿no?
Subrayar: Es una de las tareas más importantes del estudio junto a las anteriores. Si no sabemos diferenciar cuál es la información importante de la que es prescindible, acabaremos estudiándonos todo el temario que entra para el examen. Y, al igual que en la comprensión lectora, estudiar tanta información es una tarea complicada. Además, es probable que se nos olvide información, incluida la más importante y por la que bajarán considerablemente los puntos de un examen.
Resumen: Consiste en escribir únicamente la información subrayada pero muy importante, con nuestras palabras. De esta forma, además de haber reducido la información a estudiar tratando lo subrayado, trabajamos la comprensión lectora al escribirlo con nuestras palabras. También mejora la escritura, la redacción y el vocabulario.
Esquemas, cuadros sinópticos y mapas conceptuales: Son distintas técnicas que nos ayudan a organizar la información aprendida y visualizarla rápidamente. Potencian la memoria visual, ayudan a comprender la información y facilitan el repaso notablemente.
 
Pero las técnicas de estudio no se basan únicamente en el trabajo con los libros y en casa. También podemos aprender a:
Atender más en clase y aprovechar esas horas que son obligatorias para comprender la información y que nos sea más fácil a la hora de estudiar.
Emplear distintas formas a la hora de estudiar: recitar, escribir, explorar toda la hoja, preguntar, etc. Organiza
Cómo preparar un examen y qué aspectos tener en cuenta en el mismo momento de hacerlo.
Cómo organizarse el estudio y el tiempo libre tanto para las personas que dedican muy poco tiempo al estudio como para las personas que dedican todo su tiempo a ello.
Mejorar la memoria y, para casos concretos, manejar la ansiedad en los exámenes. No hay nada que frustre más a un estudiante que dedicar tiempo de su vida para estudiar un examen, ponerse nervioso y quedarse en blanco.
 
 
Por estos motivos, considero realmente aconsejable el aprendizaje de técnicas de estudio desde edades tempranas hasta universitarios. Se trata de facilitar el día a día de los estudiantes y… ¿quién no querría una ayuda?
 
 

miércoles, 7 de mayo de 2014

Mamá, papá, me da miedo ir al colegio


Para definir el bullyng o acoso escolar, Cristina del Barrio nos lo explica de manera muy fácil y completa en el siguiente video:

 
¿Cuál es el papel de los padres ante el acoso escolar?


¿Y el de los profesores?

 

Una forma indirecta pero que se puede llevar a cabo en casa o en el colegio para introducirnos en este tema y valorar posibles indicios de acoso es la realización de las siguientes actividades que, además, son bastante entretenidas.

1.      Escribe lo que más te gusta del colegio
2.      Escribe lo que cambiarías del colegio
3.      Haz un dibujo de ti en el colegio
4.      Haz un dibujo sobre cómo te gustaría estar en el colegio

Imagina que se va a hacer un cambio de clase:

1.      Elige a tres compañeros que te gustaría que estuviera en tu clase. Escríbelos en orden, empezando por el que más te gustaría tener de compañero.
2.      Di tres compañeros que no te importa que se vayan a otras clases. Escríbelos en orden, empezando por el que menos te importaría tener de compañero.
3.      Adivina tres compañeros o compañeras que te han elegido a ti para cambiar de clase con ellos.
4.      Intenta adivinar tres compañeros o compañeras que no te han elegido a ti para cambiar de clase con ellos.
 

Algunos de los posibles indicadores de acoso escolar en el colegio pueden ser los siguientes:

-          Llegar al colegio, sin motivo justificado, más tarde de lo habitual y/o esperar para regresar a casa cuando no queden alumnos en el centro.
-          Usar rutas ilógicas para ir al colegio o regresar a casa.
-          Faltar a clase debido a padecer dolores de cabeza, abdominales, etc., que son usados como pretextos por el alumno.
-          Situarse cerca de adultos durante los recreos y en actividades extraescolares.
-          Tendencia a relacionarse en el patio con compañeros de menor edad.
-          Nerviosismo
-          Inhibición
-          Inseguridad en la relación con los demás alumnos
-          Tendencia a llorar con facilidad
-          Tristeza y, en ocasiones, humor inestable
-          Tienen dificultad para hablar y participar en clase
-          Pueden presentar somatizaciones: vómitos, dolores de cabeza y abdominales, etc.
-          Pueden mostrarse irascibles y presentar ataques injustificados de ira que pueden agravar su situación
-          A veces pueden presentar regresiones (descontrol de esfínteres, tartamudeo, etc.)
-          No quieren hablar con el adulto sobre la situación de victimización y, cuando lo hacen, parecen asumir su papel de víctimas.
-          Tienen pocos amigos en clase
-          En los juegos o actividades de equipo son los últimos en ser elegidos
-          Les gastan bromas desagradables, les ponen apodos, etc.
-          Se ven envueltos en discusiones en las que están indefensos y salen llorando
-          Pueden aparecer carteles y pintadas con insultos o amenazas en los alrededores del colegio
-          Descenso del rendimiento académico y deterioro general de su trabajo, aspecto, etc.
-          Presenta mayores dificultades de atención y concentración en las tareas escolares
-          Pueden hacer las tareas de otros
-          Rechazan los comportamientos violentos
-          Su comportamiento “da señales” de que no van a responder a la agresión
-          Presentan contusiones no naturales que no explican cómo se han hecho
-          Les faltan sus pertenencias porque se las quitan, esconden, tiren o rompen
-          Tienen baja autoestima

Por último, en el caso de identificar comportamientos molestos hacia un alumno, se puede valorar el grado de influencia sobre su vida cotidiana con las siguientes respuestas. El nivel de su respuesta a los comportamientos de acoso nos dirá cuál es la urgencia del problema.

-          No me molesta
-          Me molesta, pero al día siguiente ya se me ha olvidado
-          Me molesta y cuando voy a ir a clase al día siguiente me preocupa que se repita
-          En muchas ocasiones pienso que pueden seguir haciéndolo y busco la forma de evitar encontrarme con esos compañeros
-          Esas conductas me causan mucho dolor y no puedo dejar de pensar en ellas. En ocasiones sueño o me desvelo por ello.