Esta semana,
algunas personas celebran el día de San Valentín. No entraré en el típico
debate que supone esta fecha. Algunas personas los celebran, otras opinan que
es consumismo, unos creen que es un buen día para decirle a las personas que le
importan que les quiere y otros opinan que debes decirlo todos los días.
He decidido
aprovechar esta fecha para hablar del amor,
un tema que no había tratado desde el año 2010 en esta entrada El amor ¿Es más importante lo biológico que lo social y lo cultural? .
Os invito a
reflexionar sobre vuestra relación (si la tenéis) o sobre vuestra repetición de
patrones en la búsqueda del amor.
Sternberg
desarrolló una teoría llamada “Teoría
Triangular del Amor” donde estableció tres componentes:
1. Intimidad: Es
el sentimiento de estar unido al ser amado. ¿Cómo se observa? Compartiendo
actividades, posesiones, pensamientos y sentimientos; deseando que la otra
persona sea feliz, siendo felices si estamos con él/ella…
2. Pasión: Es el
comportamiento sexual y de cercanía física.
3. Compromiso: Es
la decisión de querer mantener una relación a largo plazo con esa persona. El
compromiso puede ser personal si nos
sentimos atraídos por la otra persona y es una decisión interna de cada uno o moral si la decisión de estar con la
otra persona se debe a “obligaciones” religiosas, económicas, hijos, etc.
A lo largo
de una relación, esos tres componentes varían. Con el tiempo, la pasión
disminuye pero la intimidad y el compromiso aumentan.
De la
intimidad, la pasión y el compromiso pueden originarse 8 combinaciones
distintas de amor ¿Cuál es el tuyo?
Y después de esta clasificación donde imagino que algunos habréis buscado dónde encajáis, ¿sabéis como influye el apego establecido con nuestra familia (por lo general) en edades tempranas a la hora de escoger pareja? Si queréis saber qué es el apego, podéis pinchar aquí.
Durante la infancia, nuestras figuras de apego suelen
ser los padres, aunque también pueden aparecer figuras de referencia como los
hermanos, primos, tíos… En la adolescencia,
los padres siguen siendo nuestras figuras de apego principales y los amigos
adquieren mayor importancia que el resto de los familiares. En la juventud, la pareja y los amigos se
establecen al mismo nivel que los padres, quienes comienzan a sufrir un
retroceso en esta jerarquía de apego. Y en la edad adulta es cuando la pareja estable pasa a ser la figura de
apego principal.
¿Cómo nos comportamos con nuestra pareja dependiendo del apego que hayamos formado de niños?
Las personas
con apego seguro creen en el amor y
en su duración a largo plazo. Disfrutan de la intimidad, del compromiso y son
capaces de solucionar conflictos ya que muestran empatía con su pareja, confían
y son optimistas. Mantienen un equilibrio entre la autonomía y la
interdependencia por lo que se sienten bien en ambas situaciones. Disfrutan
de sus relaciones sexuales dentro de una relación íntima a largo plazo y tienen
una menor probabilidad de mantener relaciones sexuales fuera de su relación de
pareja.
Las personas
con apego inseguro evitativo
minimizan el valor de las emociones y se centran en sus logros y el
perfeccionismo como mecanismo de defensa. Las personas más escépticas con este
tipo de apego pueden decir que niegan el amor, racionalizan sus relaciones y
cuestionan la duración de éstas. Evitan el compromiso a largo plazo, pueden ser
desconfiadas en las relaciones y basan sus relaciones en el juego para evitar
implicarse emocionalmente. La frialdad que pueden mostrar estas personas a
nivel emocional y de comportamiento (sin abrazos, sin palabras cariñosas…) y la
necesidad de mantener sus sentimientos bajo control pueden deberse a tácticas de evitación para
que no juzguen su forma de actuar. Es posible que, estos aspectos más la falta
de empatía con respecto a su pareja, desemboquen en una menor satisfacción y en
un déficit para solucionar conflictos. Es lógico. Si no empatiza con la otra
persona, no sabrá lo que pasa. Prefieren el sexo sin compromiso. Sienten terror
ante el sexo como expresión de emoción. Más proclives a la promiscuidad, a
mantener relaciones sexuales esporádicas, fantasías sexuales fuera de la pareja
y valoración del sexo sin amor.
Las personas con apego inseguro ambivalente dudan de su propia valía y de la accesibilidad de su pareja. Muestran terror ante la idea de que su pareja les abandone y se vuelven ansiosos por miedo a que les rechacen (lo que les hace estar alerta a todo tipo de señales verbales, no verbales, etc.). Les puede ser fácil enamorarse pero estas personas afirman tener dificultad para encontrar el amor verdadero o alguien que se implique con la misma intensidad. Idealizan a sus parejas y muestran reacciones intensas como los celos, dependencia, preocupaciones obsesivas, altibajos emocionales y deseos de unión exclusiva. Una cantidad de emociones y pensamientos que se muestran muy rápido y de manera excesiva. Estas personas se sobreimplican y pueden llegar a forzar la intimidad. Pero, además, como tienden a buscar su propio cuidado, tampoco resulta eficaz y pueden entrar en juego aspectos como el chantaje emocional. Su conducta sexual está relacionada con la búsqueda de intimidad, pudiendo mantener relaciones sexuales como herramienta para conseguir aprobación, alejar su inseguridad y mantener a la pareja implicada. Aun así, muestran una mayor insatisfacción sexual, pues utilizan las relaciones sexuales para cubrir sus aspectos no resueltos del apego, sus inseguridades, así como sus pensamientos y sentimientos negativos. Si sus necesidades de seguridad no se satisfacen, es posible que no se sientan suficientemente queridos por su pareja. Si la relación se rompe, experimentarán un fuerte duelo aunque, más adelante, podrán encontrar otra pareja con la que sentir tanto como sienten.
Las personas
con apego inseguro desorganizado
muestras una combinación entre el evitativo y el ambivalente. Mostrando una
actitud más alejada y por tanto, suponiendo mayor dificultad para formar un
vínculo emocional para, más tarde cuando el vínculo está creado, poner en
marcha esquemas de pensamiento, emociones y comportamiento típicos del apego
inseguro ambivalente. Muestra una apariencia evitativa como mecanismo de
defensa pero se implica en una relación de manera acaparadora para saciar su
necesidad de aprobación y su miedo al abandono.
¿Y
vosotros? ¿Cómo os comportáis con vuestra pareja? ¿Cómo os comportabais cuando
la teníais? ¿Cómo os comportáis cuando os sentís atraídos por alguien?
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