"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

martes, 4 de enero de 2011

Y qué bonito es sentir, pero… ¡cómo jode!

Hoy me apetece hablar de los sentimientos en general. Mejor dicho, “de la capacidad de sentir”.

¿Cuánta gente vive a diario sin sentir más allá de lo primordial o material? ¿Cuántas personas no conocen realmente lo que sienten, y por tanto, no se conocen? ¿No es necesario conocerse a uno mismo para así estar preparado para conocer a los demás?

Hoy, paseando por el centro, he visto un montón de personas corriendo, comprando, niños con sus padres, niños jugando con los abuelos, gente paseando a sus perros, jóvenes corriendo para coger el autobús… Todo esto con James Morrison de fondo en mi mp3, ese maravilloso aparato que me ayuda a ver las situaciones desde un segundo plano, como un espectador callado, imaginando la vida de los personajes que pasan por delante de mí. Al principio me gustaba la sensación, me hacía feliz ver a parejas y familias unidas paseando por la calle. Luego, no sé cómo, la magia ha muerto. Todo ha vuelto a ser rancio, amargado, la rutina marcaba el ritmo de las personas cansadas y asqueadas de vivir.

¿Por qué la gente no encuentra unas horas a la semana para pararse y sentir? Sentir odio, pena, alegría, alivio, “miedo”… Les da miedo descubrir qué sienten y por qué, darse cuenta de que su vida es sólo una mentira que les ayuda a conformarse con lo que tienen por no aspirar a algo más, aspirar a ser felices por dentro, a estar serenos, a conocerse.
¿Cómo esas personas pueden ayudar a las demás, si ni siquiera empiezan por ayudarse a sí mismas?

Es tan bonito y a la vez tan complejo… “Simplemente” consiste en mirar dentro de uno mismo y ser lo suficientemente valiente como para enfrentarse a la verdad. Pero jode tanto cuando esa verdad difiere tanto de la realidad…

1 comentario:

  1. Hola mónica soy carlos, (no ese carlos no, el otro ;-)). A mí cuando más me pasó esto fue tras trabajar un tiempo en una multinacional de estas de traje, mucho estrés y horario interminable. Es verdad que sí hubieron muchas emociones y no siempre positivas, pero al dejar esa rutina noté claramente lo emotivamente muerto que había estado. La música volvió a emocionarme como antes. 1 besitooo

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