Esta semana el
blog va de generalizaciones y de extremos. ¿Qué os parece si después de leer todo
esto intentamos llegar a un equilibrio?
Los padres
ideales desde el punto de vista de los adolescentes:
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Los que se interesan por ellos y
están disponibles cuando se les necesita. El apoyo paterno y el afecto positivo se relaciona directamente
con alta autoestima, buen rendimiento escolar y razonamiento moral.
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Los que, además de atenderles y
comunicarse afectivamente con ellos, no necesitan de su compañía durante un largo periodo de tiempo.
Quieren ser el centro de atención pero no quieren unos padres excesivamente
preocupados por ellos.
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Los que les escuchan y que no siempre
lleven razón. Los
adolescentes necesitan sentirse escuchados y que los padres se pongan en su
lugar.
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Los que les aceptan
incondicionalmente. Muchos
conflictos se dan porque a los padres no les gusta el estilo de vestir de sus
hijos, sus aficiones o sus amistades. Esta desaprobación se interpreta como un
rechazo general hacia los adolescentes, hacia su persona. ¿Cómo podemos hacerlo? Dejándoles claro que, independientemente de
que no opinéis igual con respecto a determinados aspectos, les queréis.
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Los que les tratan como adultos. Los adolescentes se niegan a ser
tratados como niños. Y entonces ¿qué
hacemos? Confiando, en la medida de lo posible, en las decisiones que toman
sabiendo que luego cada acción tiene unas consecuencias que deberán aceptar
como adultos que quieren ser.
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Los que afrontan la vida de forma
positiva. ¿Cuántas
veces te has quejado de lo mal que te ha ido el día o de lo cansado que estás?
¿Cuántos días llevas sin dedicarle un tiempo a actividades placenteras? Las
emociones se contagian y el sentido del humor es muy útil en la educación de
los hijos que, en esta etapa, puede minimizar posibles conflictos.
Los adolescentes
ideales desde el punto de vista de los padres:
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Los adolescentes con una actitud más positiva,
menos hostil y más comunicativa. Si tenemos en cuenta que la mayoría de los conflictos se dan
a la hora de decidir sus actividades, podemos probar a darles más autonomía.
Poco a poco, un adolescente no crece de la noche a la mañana. Pero así les
haremos sentir más autosuficientes y les controlaremos menos reduciendo
considerablemente su actitud hostil.
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Los responsables. La responsabilidad tampoco aparece
repentinamente, se crea con el paso de los años. Aunque es aconsejable que les
vayamos haciendo responsables de determinadas cosas, no conviene que nos
desentendamos del tema. Pues, seguramente, necesitarán un toque de atención en
algún momento.
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Los que no propician conflictos
innecesarios, peleas y discusiones en todo momento. Para eso, los adultos podemos
decidir qué aspectos son tan importantes como para ponernos severos y cuáles
son pasables. De esta forma no entraremos en dinámicas negativas de las que
será difícil salir si ocurren reiteradamente.
-
Los que necesitan estar en familia. Los padres podéis sufrir bastante
ante el rechazo de sus hijos llegada la adolescencia. Lo que es aconsejable que
entendáis es que el adolescente no deja de querer a su familia ni de formar
parte de ella, sino que empieza a decantarse por otra forma de querer a sus
familiares como ruptura de su mundo anterior.
¿Y vosotros? ¿Sois los padres o
adolescentes ideales? ¿Se parecen vuestros hijos o vuestros padres a lo que habéis
leído aquí?
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