"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

miércoles, 18 de marzo de 2015

Abordar el tema de la muerte con niños de 6 a 8 años

La muerte de alguien querido es, en muchas ocasiones, un tema tabú entre los niños y temido entre los adultos. Lo vivimos de forma intensa. Tanto por la persona que fallece si teníamos una relación íntima con ella como con las personas que sufren durante el proceso de duelo. Es una situación que nos genera emociones negativas y ya hemos hablado en otras ocasiones de lo poco preparados que estamos para sobrellevarlas a pesar de ser necesarias en nuestro crecimiento vital.
Pero, si el tema de la muerte es complejo en cualquier momento, se vuelve más difícil cuando tenemos que abordarlo para un niño. Entre los 6 y los 8 años, el concepto de la muerte es algo confuso. No entienden con facilidad que una persona que fallece se ha ido para siempre y que no volverá, por lo que pueden hacer preguntas como “¿Cuándo va a volver papá?” o decir frases como “Cuando venga mamá…”. Estos comentarios pueden complicar el duelo del niño o niña y provocar una gran tristeza en los adultos.
Por esto y por múltiples razones, es aconsejable que se le transmita la idea de que la muerte es algo definitivo e irreversible y que debe aceptarlo porque ya no se puede hacer nada para evitarlo. No se trata de tratar la situación con una visión negativista y depresiva, sino de invitar al menor a que no se ancle en el pasado y empiece a pensar en su futuro de forma activa: qué va a hacer la familia después del fallecimiento, cómo se va a organizar, qué puede cambiar, etc.
En cuanto a los sentimientos de los adultos, es totalmente necesario que se muestre lo que se siente durante los primeros momentos del duelo. Las personas necesitamos desahogarnos, que nos comprendan, que nos abracen, que estén con nosotros en esos momentos tan difíciles. Por el contrario, es aconsejable que esos momentos no se dilaten en el tiempo ya que somos las figuras que dan la seguridad a los pequeños y necesitamos estar “bien” para ayudarles a pasar por un momento tan difícil como este. ¿Significa que debemos mentir a nuestros niños y aparentar estar bien? No. Pero podemos transmitirle, aun con dolor, que la vida sigue y que estamos ahí para ayudarles siempre que lo necesiten.
¿Es probable que el niño que ha vivido una muerte cercana comience a tener miedo a la muerte? En niños de esta edad no es algo común. Con el paso del tiempo, la muerte estará en su cabeza en la medida en la que salga ese tema de forma repetitiva en la familia. Lo aconsejable es encontrar un punto medio entre la idea de no insistir mucho en el tema de la muerte y la de no ocultarlo.
 
 

 
 
*Información extraída del libro “La Educación de Nuestros Hijos” dirigido por Josefina Aldecoa.

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