"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

miércoles, 8 de julio de 2015

Enamorarse de un hombre casado es todo un clásico

¿Conoces a alguna mujer enamorada de un hombre casado? ¿Has vivido en primera persona todos los sentimientos y situaciones sociales que eso provoca? Hoy os hablo del Síndrome de Fortunata, una etiqueta que únicamente nos ayuda a recoger las características comunes en todas las mujeres que lo experimentan.




Que haya mujeres enamoradas de hombres casados no es algo nuevo sino que nos ha acompañado a lo largo de todas las épocas. ¿Cuáles son las características de esta tipología de mujer? Según varios autores, estas mujeres presentan una gran constancia en la disponibilidad, capacidad para aguantar la situación y su prolongación temporal, idealizan al hombre dando más valor a los motivos de la pareja por encima de los propios razonamientos perdiendo poder en la relación y suelen ser mujeres con menor poder adquisitivo o estatus social, más jovenes y con menos experiencia. Además, siguen "enganchadas" a pesar de lo que diga o haga el hombre y, repetidamente, están dispuesta a pasar por alto o perdonar sus mentiras.

Según Oala (2010), estas mujeres tienen 9 puntos que las caracterizan:

1. Amor intenso, repetido y persistente hacia el hombre casado.
2. Actitud desapegada en cualquier otra relacion diferente.
3. Capacidad para dejar atrás cualquier aspecto de su vida si el hombre se lo pide.
4. Creencia de que la vida no tiene sentido si no está ese hombre.
5. Creencia de que lo justo sería que ella estuviera con el hombre puesto que tiene más derecho aunque no la reconozca.
6. El punto número 5 se intensifica si ha tenido hijos con ese hombre.
7. Ambivalencia de sentimientos hacia la mujer legítima socialmente del hombre (a veces la idolatra o comprende y otras la desprecia).
8. Creencia de que el amor es el responsable de esta situación, lo que le lleva a desentenderse de cualquier responsabilidad para el cambio.
9. Fantasías optimistas de un futuro junto al hombre, aspecto que le permite tolerar la situación actual durante años.

¿Cuáles son las posibles causas de esta forma de sentir, pensar y actuar?  Richardson (1988) afirma que, entre otros posibles motivos, existe la posibilidad de que la mujer sienta más libertad sexual al no tener una relación con el hombre y, por tanto, menos presión por lo que pueda pensar o querer si ésta se niega o pide algo determinado en la relación sexual. También pueden sentir que, de esta forma, se libera de cualquier sistema familiar tradicional donde la mujer es sometida a los deseos del hombre.

¿Por qué la mujer sigue "enganchada" al hombre aunque se vea de forma clara que nunca va a dejar a su familia? Esto puede entenderse mediante el reforzamiento inicial de la conducta. Es decir, cuando la relación comienza, la mujer experimenta sentimientos muy positivos. El hombre se siente muy bien con esa relación y se lo comunica a la mujer. Le explica que ella le hace sentir joven, vivo, que la vida tiene sentido cuando está a su lado. Pero, cuando el hombre llega a casa con su familia, se ve inmerso en la rutina y las responsabilidades de su vida diaria y se da cuenta de que la relación extramatrimonial es inviable. Esta última parte, no se la comunica a la mujer a la que tiene enganchada, por lo que ella solo se queda con toda la parte positiva que él le ha comentado en su presencia. Cuando la mujer se da cuenta de que el hombre del que está enamorado no va a dejar a su familia ni va a cambiar su situación actual, ha pasado tanto tiempo que no se atreve a aceptar que ha sido engañada durante tanto tiempo y por la persona que más quiere, por lo que se miente a sí misma y genera las fantasías de que algún día cambiará.





* Información recogida del artículo "Una forma de dependencia emocional: El Síndrome de Fortunata" de Jorge Barraca Mairal.

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