"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

viernes, 26 de agosto de 2011

Operaciones de estética ¿lícitas o aberrantes?

Creo que desde siempre que he reflexionado sobre el tema de las operaciones estéticas he tenido clara mi opinión acerca de ellas. En la adolescencia creía que quien se quería operar era una persona sin valores y totalmente absorbida por una sociedad vacía y que sólo se preocupaba por el aspecto físico.

Crecí un poco (no mucho) y cambié de opinión. Estaba segura de que la operación no era una buena opción pero esta vez creía que lo que necesitaban esas personas era un buen trabajo para aumentar la autoestima e intentar cambiar sus prioridades en las personas por aspectos que no estuvieran relacionados con el físico.

De pronto, un día se me ocurrió pensar por qué tenía ese razonamiento tan claro. ¿Y si no son tan malas esas operaciones? ¿Y si, simplemente, es algo nuevo que ayuda a las personas a sentirse mejor y no las toleramos porque es algo nuevo y desafiante? ¿Por qué yo me tinto el pelo de rubio y no es un estigma si es otra forma de cambiar mi aspecto? ¿Por qué aparenta infinitamente peor para ojos ajenos una operación de pecho a una de nariz cuando tienen el mismo fin (si hablamos sólo de estética)?

Sé que someterse a una operación puede generar complicaciones, como en el caso de la operación de pecho. Debe hacerse cada 10 años puesto que el implante se va desgastando. Por tanto, si una persona se opera a los 18 años, mínimo quedan en su vida unas 4 o 5 operaciones con sus pertinentes riesgos. Pero necesito más aspectos negativos, a ver si alguno de vosotros consigue convencerme del todo para no tener ninguna duda sobre qué hacer con el cuerpo. ¿Lo modelamos a nuestro gusto o aprendemos a vivir con lo que nos ha tocado y sintiéndonos felices por ello?



miércoles, 24 de agosto de 2011

Tierna infancia

Tras leer algunas páginas de un libro que trataba de manera analítica las películas Disney, he podido comprobar que no todo era tan bonito como parecía en la infancia. En alguna ocasión se había planteado en clase que las películas Disney promovían la sumisión de la mujer al hombre salvador, que hacía las tareas domésticas, eran guapas y perfectas, etc. Pero nunca había visto hasta qué punto eso era cierto.

Al leer el fragmento del libro he sido consciente de que la figura de la madre era casi inexistente en el mágico mundo. Muestra de ello es la película de “La Sirenita” donde sólo sale la figura de su padre Tritón. Otro ejemplo es el caso de la película de “Aladdín” y “La Bella y la Bestia”. Y, como dato curioso, además de que en estas dos películas sólo existe la figura del padre, se puede observar sin necesidad de poner mucha atención, que los dos padres son el mismo (ya lo explica con tono humorístico la siguiente página del facebook: Yo también creo que el Padre de Bella y el de Jasmín son el mismo actor). Por su parte, la película de Aladdín ha sido bastante criticada por temas racistas hacia los árabes hasta el punto en el que han traducido mal los nombres, los escritos árabes carecen de sentido alguno y todos los malos que protagonizan la película tienen rasgos árabes (al contrario que Aladdín).

Tras esta información pretendo dar un respiro a Disney. Es cierto que han cometido bastantes errores y que no está de más detectar y analizar los increíbles estereotipos con los que hemos crecido pero, he decidido centrar esta entrada en un aspecto positivo que he observado en muchas de las películas. En casi todas las historias se ha fomentado la imagen de los animales como amigos, como posibles seres que pueden formar parte de nuestras vidas de manera libre y sana. Ejemplo de ello son las siguientes películas:

- Aladdín y el mono
- Mulán y el grillo
- La Sirenita y todo el mundo marino, en concreto el cangrejo y el pez.
- Hércules y Pegaso
- Tarzán y todo tipo de gorilas
- Toy Story y el perro
- La cenicienta y los ratoncitos
- El libro de la Selva
- Pocahontas: Aunque ha sido bastante criticada, creo que es la película que ofrece una extraordinaria lección sobre el respeto de la naturaleza
- Tod y Tobby, dos amigos que se ven enfrentados por la famosa "caza del zorro"

Me gusta pensar que, al fin y al cabo, además de cometer errores, han logrado dejar mensajes positivos a toda una generación de jovenzuelos.



martes, 23 de agosto de 2011

Libertad condicionada

Libertad condicionada aparenta, a simple vista, un término referido a la cárcel y el incumplimiento de las leyes. De manera más profunda, define la situación de libertad que vivimos en la sociedad actual. Creemos ser libres y disfrutamos pensándolo. Pero, ¿hasta qué punto lo somos realmente?

Cuando tenía 15 años me creía la reina del mundo con un estilo que compartía con un grupo determinado de gente aunque en mi cabeza yo era distinta a todos. Afirmaba ser libre para elegir lo que quisiera y no seguir al resto de la sociedad. Fue entonces cuando mi profesora de ética me pegó una bonita colleja que me hizo despertar.

Comenté en clase que yo me sentía libre porque elegía la ropa que quería y no iba como el resto de adolescentes. A lo que ella respondió: ¿Ah sí? ¿Fabricas tu propia ropa? Me quedé callada y comentó: Compras lo que hay en la tienda, lo que la sociedad pide.

Desde ese momento, la forma en la que me veía dentro del mundo cambió de manera importante y, de vez en cuando, sigo pensando hasta qué punto soy esclava de mis elecciones creyendo que son totalmente arbitrarias cuando, en realidad, una gran parte de mí ha sido condicionada para elegirlas.

De hecho, creo que podría hacer una gran lista de cosas que me definen y creía íntimamente mías, pero que, posiblemente (y matizo el posiblemente), sean bastante condicionadas por personas y hechos. Ahí van unos cuantos ejemplos:

-¿Por qué soy heterosexual? Quizá si algunos de mis familiares que tengo tan aferrados a la Iglesia, no hubieran hecho tanta mella en mí, podría ser homosexual o bisexual.
-¿Por qué me atraen los hombres de esa manera tan peculiar? No será tan peculiar cuando la moda de los modernos está en pleno auge y no paran de aparecer hombres con un estilo que hace unos meses, creía amar sólo yo.
-¿Por qué me considero una persona fiel a sus ideales y pensamientos por los que retiro de mi vida a gente que puede ir en contra de mis valores? Quizá porque he decidido libremente ser así o, quizá porque mi subconsciente trabaja por mí aspectos inconclusos de mi vida emocional.

¿Y vosotros? ¿Realmente sois tan libres como pensáis?



sábado, 20 de agosto de 2011

La presión social entre hombres

Un tema muy recurrente en debates desde hará ya unos cuantos años, es la presión social que sufren las mujeres desde varios sectores. Pero, ¿alguien ha pensado alguna vez en la presión que sufren algunos hombres desde su propio sector? Hombres heterosexuales hasta la médula que no pueden expresar su cariño hacia personas de su mismo sexo por miedo al qué dirán los miembros de su grupo, por miedo a aparentar homosexuales. Hombres que no “deben” llorar, pues eso significaría acabar con su hombría.

Un día, una conversación generó en mí un poco de ilusión al creer en una posible causa en un símil nada azaroso. Hombres que luchan por mantener su hombría/Primates machos que luchan por demostrar ídem. Al fin y al cabo, no dejamos de ser animales.

Lo que más me interesa, es que estos comportamientos generan en muchos de los hombres un estancamiento, desde mi punto de vista y hablando de determinadas ocasiones, mayor que el de las mujeres. No sé si existe relación con esta presión social, pero he podido observar en algunos hombres que mantienen unos prejuicios importantes sobre algunos temas que paso a ilustrar a continuación.

Hay bastantes hombres (no todos, obvio) que no creen en la amistad entre dos personas del sexo opuesto a no ser que una (generalmente el hombre) se sienta atraído. Otros justifican los errores de conducción de las mujeres con el mero hecho de serlo. Y sobre todo, observo un intento de aparentar cierta incompatibilidad entre los hombres y la expresión de los sentimientos. Sinceramente, no creo que el hecho de que las mujeres expresen mejor sus sentimientos sea meramente biológico. Es más, creo que por presión social, no dejan que dicha habilidad se desarrolle.

Por lo general (para terminar con una entrada en la que ya no puedo generalizar más), se tiende a ver a un gran sector de los hombres como intolerantes y machistas. Y mi pregunta es: ¿Y si son víctimas de su propio género?