"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

martes, 19 de noviembre de 2013

Tengo chófer y se llama “Ego”

Hay muchas teorías sobre la agresividad al volante. Unos opinan que no es la conducción la que genera agresividad sino la propia personalidad, otros creen que la conducción no es más que el reflejo de la sociedad competitiva en la que vivimos. Además, no podemos hablar con los conductores que nos disgustan puesto que también están conduciendo, hecho que facilita las malas interpretaciones. Y no hay que olvidar que el vehículo es nuestro espacio, en el que nos mostramos tal y como somos sin que nos vean, en el que pasamos mucho tiempo y al que nos gusta defender. El coche no sólo nos permite ser tal y como somos sino que, además, nos hace sentir protegidos por su “coraza” y nos hace sentir menos peligro del que hay en realidad para poder “atacar”. Otro aspecto muy importante es que el vehículo nos permite liberarnos del espacio y del tiempo muy rápidamente, hecho que se ve aumentado cuando nos encontramos tristes o agobiados y queremos huir de la situación. Dominamos el espacio y el tiempo, somos “superiores” al resto.
Pero, algunos estudios sobre la violencia al volante concluyen que las tres causas más importantes de dicha violencia son la prisa, el tráfico y, como punto fuerte, el disfrute de la prioridad.
Prisa: Nos acostumbramos a salir de casa a una determinada hora sin pensar en la posibilidad de que todo vaya más lento de lo que esperábamos (tráfico, accidentes, semáforos, peatones, mercadillos…). Seguimos pensando como peatón que anda más o menos rápido según su cantidad de prisa, adelanta personas sin suponer accidentes para otros peatones y se salta semáforos siempre que no venga nadie y la policía no esté cerca porque los reflejos nos permiten parar repentinamente si se acerca un coche que no habíamos visto. En este aspecto, falta organización.
Tráfico: Que todos salgamos de casa a la misma hora porque entramos a trabajar o a clase a la misma hora no es culpa de nadie, sino consecuencia de que todos hagamos uso de la “prisa” y salgamos, como he dicho anteriormente, con el tiempo justo sin prever las retenciones. Ante todo recuerda, ¿Te molestan los atascos cuando estás en ellos? Pues tú también formas parte de él y estás haciendo que el atasco dure un coche más. Es por esto que veo imprescindible la capacidad de empatía.
Y con la empatía, llegamos al disfrute de la prioridad que sentimos al volante, nombrando al fatídico narcisismo que impera en esta sociedad donde todo el mundo tiene derecho a colarse en una cola, a llegar pronto sin salir antes, a no poner el intermitente porque no se necesita facilitarle la conducción a otros (sólo importáis tú y tu ego), a parar en doble fila o poner los cuatro intermitentes dentro de una rotonda (sólo importáis tú y tu ego), a circular por una rotonda ocupando tu carril y el del coche de al lado (sólo importáis tú y tu ego) y a entrar en una rotonda sin ceder el paso (sólo importáis tú y tu ego).
La agresividad al volante es un tema poco estudiado para la reincidencia con la que se da y con el que los conductores no sólo normalizan la situación y se permiten aumentar cada vez más su agresividad sino que también enseñan a sus hijos a comportarse de dicha manera ante las demás personas puesto que no se insulta a los coches sino a los conductores, hasta el punto de decir frases como “es que con esa cara de tonto…” (donde se fomenta la exclusión por un físico que no es perfecto), “mujer tenías que ser” (discriminación hacia la mujer), etc.
Por favor, tengamos cuidado con nuestras acciones ya que quedarán perpetuadas en forma de accidente y/o en las personas con las que discutimos además de las que nos acompañan durante el trayecto en carretera incluyendo a nuestros hijos.
 


 

2 comentarios:

  1. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA

    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente

    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

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  2. Me encanta cómo has terminado el post: "Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia". Trabajemos para hacer que esa lista de ejemplos sea cada vez más larga.

    Gracias por comentar, Joaquín :)

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