Hay muchas
teorías sobre la agresividad al volante. Unos opinan que no es la conducción la
que genera agresividad sino la propia
personalidad, otros creen que la conducción no es más que el reflejo de la sociedad competitiva en
la que vivimos. Además, no podemos
hablar con los conductores que nos
disgustan puesto que también están conduciendo, hecho que facilita las
malas interpretaciones. Y no hay que olvidar que el vehículo es nuestro espacio, en el que nos
mostramos tal y como somos sin que nos vean, en el que pasamos mucho tiempo y
al que nos gusta defender. El coche no sólo nos permite ser tal y como somos
sino que, además, nos hace sentir protegidos por su “coraza” y nos hace sentir
menos peligro del que hay en realidad para poder “atacar”. Otro aspecto muy
importante es que el vehículo nos permite liberarnos del espacio y del tiempo
muy rápidamente, hecho que se ve aumentado cuando nos encontramos tristes o
agobiados y queremos huir de la situación. Dominamos
el espacio y el tiempo, somos “superiores” al resto.
Pero,
algunos estudios sobre la violencia al volante concluyen que las tres causas
más importantes de dicha violencia son la prisa, el tráfico y, como punto fuerte,
el disfrute de la prioridad.
Prisa: Nos acostumbramos a salir de casa a
una determinada hora sin pensar en la posibilidad de que todo vaya más lento de
lo que esperábamos (tráfico, accidentes, semáforos, peatones, mercadillos…).
Seguimos pensando como peatón que anda más o menos rápido según su cantidad de
prisa, adelanta personas sin suponer accidentes para otros peatones y se salta
semáforos siempre que no venga nadie y la policía no esté cerca porque los
reflejos nos permiten parar repentinamente si se acerca un coche que no
habíamos visto. En este aspecto, falta organización.
Tráfico: Que todos salgamos de casa a la
misma hora porque entramos a trabajar o a clase a la misma hora no es culpa de
nadie, sino consecuencia de que todos hagamos uso de la “prisa” y salgamos,
como he dicho anteriormente, con el tiempo justo sin prever las retenciones.
Ante todo recuerda, ¿Te molestan los atascos cuando estás en ellos? Pues
tú también formas parte de él y estás haciendo que el atasco dure un
coche más. Es por esto que veo imprescindible la capacidad de empatía.
Y con la
empatía, llegamos al disfrute de la
prioridad que sentimos al volante, nombrando al fatídico narcisismo que
impera en esta sociedad donde todo el mundo tiene derecho a colarse en una
cola, a llegar pronto sin salir antes, a no poner el intermitente porque no se
necesita facilitarle la conducción a otros (sólo importáis tú y tu ego), a parar
en doble fila o poner los cuatro intermitentes dentro de una rotonda (sólo importáis
tú y tu ego), a circular por una rotonda ocupando tu carril y el del coche de
al lado (sólo importáis tú y tu ego) y a entrar en una rotonda sin ceder el
paso (sólo importáis tú y tu ego).
La
agresividad al volante es un tema poco estudiado para la reincidencia con la
que se da y con el que los conductores no sólo normalizan la situación y se
permiten aumentar cada vez más su agresividad sino que también enseñan a sus
hijos a comportarse de dicha manera ante las demás personas puesto que no se insulta a los coches sino a los
conductores, hasta el punto de decir frases como “es que con esa cara de tonto…”
(donde se fomenta la exclusión por un físico que no es perfecto), “mujer tenías
que ser” (discriminación hacia la mujer), etc.
Por favor,
tengamos cuidado con nuestras acciones ya que quedarán perpetuadas en forma de
accidente y/o en las personas con las que discutimos además de las que nos acompañan
durante el trayecto en carretera incluyendo a nuestros hijos.
COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
Me encanta cómo has terminado el post: "Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia". Trabajemos para hacer que esa lista de ejemplos sea cada vez más larga.
ResponderEliminarGracias por comentar, Joaquín :)