Como esta
semana el tema que estamos tratando en ¿Te atreves? está relacionado con
la puesta en marcha orientada a originar cambios positivos en la vida, he
decidido no opinar ni hablar sobre el tema de manera expositiva. ¿Qué mejor que
hablar de los cambios haciendo cambios? Esta vez toca una entrada más didáctica
y en la que cada uno puede reflexionar lo que quiera. Os dejo algunos trocitos
del libro “El delfín. Historia de un
soñador” de Sergio Bambarén donde se relata la historia de un delfín que
soñaba con ser surfista y no se contentaba con la vida normal de un delfín
cualquiera.
“Daniel Delfín era un soñador. Estaba
convencido de que había más en la vida que pescar y dormir, así que había decidido
dedicar todas sus energías a descubrir el verdadero propósito de su vida a través del surf y la sabiduría del océano. Ése era su sueño. Una
tarde, cuando Daniel regresaba del arrecife, Miguel Benjamín Delfín, su mejor
amigo, le preguntó:
- ¿Qué te propones, Daniel? ¿Por qué
arriesgas tu vida en el arrecife? ¿Qué intentas demostrar?
-
No intento demostrar nada. Sólo
quiero saber qué puedo aprender del mar y de surf. Eso es todo.
- Por Dios, Daniel, muchos delfines que
te aprecian piensan que tarde o temprano terminarás muerto. Deslizarse sobre
las olas cuando éramos pequeños era entretenido, pero esto ya es demasiado.
¿Por qué no te dedicas a pescar como los demás en lugar de perder el tiempo
surfeando en el arrecife?
- Echa un vistazo a tu alrededor,
Miguel. Nuestro mundo está lleno de delfines que pescan desde la madrugada
hasta el anochecer, día tras día. Siempre están pescando. Ya no tienen tiempo
para perseguir sus sueños. En lugar de pescar para vivir, ahora viven para
pescar. Recuerdo a un Miguel Benjamín Delfín joven y fuerte, capaz de pasarse
horas contemplando las olas, imaginándose que se deslizaba sobre una de esas
colosales paredes de agua, soñando. Ahora sólo veo a un delfín asustado,
que lo único que hace es pescar, un delfín temeroso de perseguir sus sueños.
- Algún día madurarás, Daniel, y verás
las cosas como las ve el resto de la manada. No hay otra manera de vivir – Y tras
decir estas palabras, se marchó.”
“Daniel sufría por su amigo, pero
sentía que no podía hacer nada para ayudarlo. Daniel Delfín había elegido
vivir su vida ateniéndose a sus propios principios y, aunque a veces se
sentía sólo, jamás se arrepintió”.
“El verdadero secreto de una
existencia buena y feliz consiste en aprender a distinguir los tesoros reales
de los falsos. El mar que nos envuelve, el sol que nos da vida, la luna y las
estrellas que brillan en el firmamento, todos ellos son tesoros auténticos. Son
eternos y están ahí para recordarnos que estamos rodeados de magia, para
recordarnos que nuestro mundo está lleno de milagros y que hay un universo para
admirar y ayudarnos a que nuestros sueños se hagan realidad. Pero en vez de
esto, comenzamos a construir nuestro propio mundo de tesoros falsos. Renunciamos
a nuestros sueños y aceptamos que la razón de nuestra vida era pescar
todo lo que pudiésemos. En ese momento dejasteis de soñar. Enterrasteis en
vuestros corazones los verdaderos tesoros de la vida. El sueño que anidaba en
vuestro interior murió y con él vuestras ilusiones y esperanzas. Olvidasteis
cómo soñar y como eso era el único vínculo con vuestro auténtico ser, éste
desapareció.”
¿Tenéis
miedo al cambio? ¿Preferís la frase “más vale malo conocido que bueno por
conocer”? ¿Estáis dispuestos a cambiar para sentiros mejor?
¿Con qué
delfín os sentís más identificados?
Hola. Muy interesante el blog.
ResponderEliminarRespecto a la pregunta final, creo que la mayoría de nosotros somos bastante resistentes al cambio y preferimos la estabilidad. No en vano el ser humano dejó de ser cazador-recolector (una situación muy inestable y problemática) para pasar a tener una vida sedentaria como agricultor, artesano o comerciante en poblados y ciudades. La estabilidad neolítica frente a la inseguridad paleolítica (aunque, claro, la vida sedentaria también trajo otros problemas).
Creo que hoy en día el desempleo y la precarización laboral están haciendo que muchos jóvenes y no tan jóvenes tengamos que aceptar el cambio y la inestabilidad como forma de vida. Nuestros tiempos se parecen en esto cada vez más al paleolítico (entre otras cosas, porque tenemos gobernantes que parecen sacados de esta era).
Hola Pepito! :)
ResponderEliminarTienes toda la razón, el ser humano tiende a la estabilidad. Los cambios, la incertidumbre... ¡nos vuelven locos! Y me gusta mucho la idea que has resaltado de que, en estos momentos de crisis, las personas estamos aceptando el cambio. No me gustan para nada las circunstancias, pero si tenemos que sacar algo positivo de esta situación, podría ser eso.
En cuanto a la elección entre inestabilidad-estabilidad, entiendo que una estabilidad "feliz" nos desliga de toda la problemática relacionada en el paleolítico. El problema, desde mi punto de vista, es que nos centramos en una estabilidad de trabajo, familia y pertenencias materiales cuando dejamos atrás algo muy importante, la estabilidad psicológica. ¿De qué nos sirve tener un trabajo estable si vamos todos los días amargados? ¿De qué nos sirve formar una familia con nuestra pareja si lo que realmente nos gustaría hacer sería separarnos? Eso es lo que me sorprende de las personas. Es cierto que lo nuevo da miedo, pero preferir estar mal por el resto de nuestras vidas... ¡eso sí que me da miedo!
Me alegra leerte por aquí, muchas gracias por tu comentario ;)