"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Mi cuerpo dice cosas que no quiero saber

¿Os ha pasado alguna vez que estáis tristes y pensáis que todo os sale mal? ¿Que alguien os odia y os está deseando lo peor? ¿Que por mucho que intentáis llevar a cabo un plan nunca sale bien? Supongo que si os ha pasado os habéis sentido impotentes, frustrados, habéis sentido rabia y/o tristeza.

 
¿Habéis pensado alguna vez en buscar el por qué de todo esto? En la actualidad, la crisis económica nos dificulta y nos pone trabas a todo el mundo para poder realizar algunos de nuestros sueños. Pero que este factor no nos haga trasladar todo lo malo que nos pasa a factores externos. Es cierto que el ambiente dificulta la posibilidad de conseguir ciertas cosas pero no imposibilita nuestra capacidad de actuación. ¿Qué es lo que imposibilita nuestra capacidad de actuación? El miedo. El miedo a fallar, el miedo a tomar una decisión equivocada, el miedo al qué dirán, el miedo a defraudar, el miedo a conseguir algo y que nos quede grande… Aprovecho para aclarar que no creo que haya decisiones equivocadas siempre y cuando se tomen de forma meditada. Es posible que con el tiempo pensemos en todos los beneficios que hubiera supuesto escoger la otra decisión pero, si hemos sido conscientes del motivo por el que tomamos la decisión en su momento, entenderemos por qué lo hicimos y nos daremos cuenta que en ese momento de nuestra vida era lo que queríamos hacer. Y cuando antes empecemos a actuar así hasta en decisiones aparentemente triviales como aparcar el coche algo más lejos de nuestro destino aun sabiendo que puede haber aparcamientos más cercanos, empezaremos a ser más felices porque dejaremos de criticarnos a nosotros mismos con frases como “podría haberlo dejado más cerca”.

 
Cuando tenemos miedo es posible que optemos por aparcar todos nuestros pensamientos y sentimientos con frases como “ya se verá”, “ya lo pensaré”, “aún es pronto”, “todavía queda mucho tiempo para eso”, “por ahora voy a disfrutarlo”, etc. Pero, aunque nos evadamos de todo pensamiento y sentimiento, nuestro cuerpo puede empezar a actuar de forma incontrolable e inconsciente. Es entonces cuando puede aparecer la somatización. La somatización es cualquier síntoma corporal que aparece o se ve incrementado por causas psicológicas o situacionales como, por ejemplo, situaciones de estrés. Por ejemplo, son muchas a las personas que, en situaciones de estrés, les salen herpes labiales, se constipan o incluso llegan a tener fiebre.

 
Otra forma en la que nuestro cuerpo nos comunica lo que deseamos es actuando como realmente queremos aunque nos neguemos a pensarlo. ¿Os ha pasado alguna vez que estáis con vuestra pareja y de repente veis cosas que no os gustan de él/ella y que ya no queréis aguantar? En ese caso, tenéis dos opciones. La primera es dejar claro que no queréis seguir con la relación. La segunda opción es algo más compleja pero más utilizada a causa del miedo. Seguir el transcurso de la relación sin pensar en esas cosas que no os gustan, negándolo pero con cambios sutiles en vuestra forma de actuar. Empezáis a quedar menos, la comunicación va disminuyendo, hacéis planes con otras personas para dedicar menos tiempo a vuestra pareja, etc.

 
¿Autoboicoteais vuestros pensamientos y sentimientos para no actuar en determinadas situaciones? Sí. ¿Os boicotea vuestro comportamiento y actitud? También. Porque, aunque no queráis pensarlo, vuestro cuerpo os está mandando señales y vosotros tendréis que decidir si queréis hacerle caso o no.

 

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