"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

miércoles, 8 de octubre de 2014

Hola, me llamo Mónica y soy psicóloga-persona

En esta semana de la salud mental podría haber dedicado el blog a hablar de si los psicólogos somos reconocidos en la seguridad social, si todavía somos estigmatizados por determinados sectores de la población o de las eternas peleas que existen entre las ramas que optan por demostrar su lado más científico y las que deciden dedicarse a la autorreflexión, la introspección y lo inconsciente.
Podría dar la definición que tanto nos han enseñado durante la formación de lo que es un psicólogo, una persona que da herramientas a otra bla bla bla bla. Podría hablar de muchísimas cosas relacionadas con la psicología lejos de todo lo personal pero me resulta imposible hablar de la profesión a la que me dedico dejando a un lado mi yo más íntimo.
¿Hay algo más íntimo que empatizar con la persona que te cuenta sus preocupaciones y acabar sintiendo y pensando como ella para poder entenderle mejor?
¿Hay algo más íntimo que querer ayudar a alguien, alegrarte por sus avances y desmoralizarte ante sus retrocesos?
Los psicólogos, terapeutas, psiquiatras y demás profesionales del ámbito de la salud mental también nos preocupamos, nos estresamos y nos volvemos histéricos cuando no nos van bien las cosas. Se nos pone un nudo en la garganta con algunos relatos de los pacientes y nos apetecería irnos de cañas para celebrar las buenas noticias de los pacientes con los que más hemos congeniado. Nos encanta que los niños mejoren, trabajen bien, se encuentren a gusto con nosotros y, por qué no decirlo, esos últimos minutillos de juego libre en el que sacamos nuestro niño interior. Nos preocupa cuando dejan la terapia sin un avance claro y nos encontramos dentro de una situación difícil cuando tienen recaídas por dependencia al terapeuta, es decir, a nosotros.
Las malas lenguas dicen que los psicólogos trabajamos en esto por problemas en nuestra vida. Otros creen que por ser psicólogos, tenemos que ser totalmente estables, sin sobresaltos y tener una paz interior que nos impida enfadarnos o entristecernos por las acciones de otras personas. Personalmente, creo que el único requisito indispensable para ejercer es la ilusión y las ganas de hacer feliz a la gente. Actitud que se puede volver en nuestra contra si nuestro afán protector y salvador es quien mueve toda esa ilusión.
Por lo tanto, ¿qué quiere decir que somos psicólogos? Significa que somos personas que pensamos, sentimos, nos emocionamos y con todo este cóctel, hemos estudiado para ayudar a los demás.
Sí. Seguramente todos los “nos” de esta entrada son un “me”. 
 
 

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