"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

miércoles, 22 de octubre de 2014

¿Sigues los mandatos de tus padres? (II)

La semana pasada os hablé de seis de los doce mandatos que los Goulding propusieron tras sus investigaciones. Si queréis saber qué son los mandatos y los otros seis que no tratamos aquí, pinchad aquí.
 
No seas un niño: Este tipo de mandato lo comunican padres que se sienten amenazados por un niño o porque a ellos nos les dejaron ser niños. Esto puede verse en aquellas personas que, por motivos culturales y del país, empezaron a trabajar muy pronto y tomar responsabilidades antes de su mayoría de edad. Ejemplos de este mandato son frases como “ya eres muy mayor para jugar a esas cosas”, “lo niños mayores no lloran”, “eres el hermano mayor y debes cuidar de tu hermano”. En estos casos, los niños deben crecer rápidamente y, cuando llegan a la adultez pueden presentar problemas para conectar con su “Yo Niño”, reír, jugar, contactar con otros niños y disfrutar dejando a un lado sus responsabilidades por un momento…
No crezcas: Este mandato es contrario al anterior. Lo pueden transmitir los padres por miedo a que se emancipen sus hijos, por miedo a sentir que ya no son útiles o por dependencia de los padres. ¿Qué consecuencias puede tener seguir este mandato? Podría mostrarse en adultos que no quieren asumir responsabilidades e incluso se comportan como lo hacían en la adolescencia.
No pertenezcas: ¿Habéis tenido la sensación alguna vez de que no pertenecéis a ningún grupo? Este mensaje pueden transmitirlo los padres que hablan de sus hijos como niños diferentes, niños difíciles, tímidos e inseguros. Es el resultado de las etiquetas. Si nuestros padres nos dicen durante toda la vida que somos de una determinada manera, para que nuestro esquema de vida tenga sentido nos comportaremos tal y como han dicho que somos.
No sientas: En algunas familias, mostrar los sentimientos es síntoma de debilidad y deben ocultarse o ignorarlas. Históricamente, las mujeres han escuchado que no deben sentir la ira, no deben enfadarse. Por otra parte, los hombres “no lloran”. En estos casos, los adultos que han crecido bajo este mandato tienen dificultades para expresar sus emociones y para sentirlas, sumando un poco de caos a su estado emocional.
No pienses, no pienses sobre un tema, no pienses si no es como yo pienso: ¿Conocéis a personas adultas que menosprecian la forma de pensar de los demás porque sólo la suya es la correcta? ¿Conocéis a alguien que se lo transmita a sus hijos? Posiblemente, estas personas bloqueen la capacidad de pensar de sus hijos puesto que nunca les dejan ejercitarla. En la vida adulta, estos niños que no han podido pensar pueden ignorar sus problemas sin buscar soluciones porque con su razonamiento infantil dedujeron que pensar es malo. Así pueden ser incapaces de analizar una situación y tomar una decisión.
No estés bien, no estés sano: Este último mandato puede mostrarse en forma de enfermedad física y/o psicológica. En cuanto a la forma física, suele mostrarse cuando el niño dice estar enfermo para conseguir la atención de sus padres y cuando los padres dicen en su presencia frases como “es que siempre está malo”, “no es muy fuerte”, “siempre le pasa algo”, etc. A nivel psicológico, los niños pueden mostrar un comportamiento inadecuado o extraño para recibir la atención de sus padres aunque se trate de una atención de carácter negativo.
 
Y estos son los últimos seis tipos de mandatos. Si todavía no conocéis el AT (Análisis Transaccional) os recomiendo que le echéis un vistazo a las siguientes entradas que hice en el blog:
-          Estructura del Yo Niño: http://homeostasiss.blogspot.com.es/2014/03/mi-yo-nino-ha-hablado.html
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario