Imaginad que
nuestra vida es una obra de teatro donde cada persona es un personaje y cada
situación es un acto. En esta obra nos movemos y actuamos creyendo que somos
totalmente libres y que sólo nosotros decidimos lo que queremos hacer en ella.
Pero, por gracia o por desgracia, muchos
de los comportamientos que tenemos a lo largo de nuestra vida están
condicionados por una cosa llamada “Mandatos”. Los mandatos, según el AT
(Análisis Transaccional), son
instrucciones que nos han dado nuestras figuras de apego a lo largo de nuestro
crecimiento. Pueden ser tanto verbales como no verbales, conscientes e
inconscientes.
Este tipo de
mandatos son generacionales por lo que, es muy probable, que nuestros abuelos
hayan pasado esos mandatos a nuestros padres tal y como ellos hacen con
nosotros. ¿Cómo podemos evitar seguir
viviendo bajo estos mandatos y parar el ciclo transgeneracional que suponen?
Intentando detectarlos para hacerlos conscientes y, una vez conscientes,
podremos evaluarlos y decidir si queremos seguir viviendo con ellos para así,
actuar en consecuencia.
Por tanto, si el primer
paso es detectar ese tipo de mandatos, vamos a descubrir cuáles son. Los Goulding
investigaron estos mandatos y los agruparon en doce tipos. Para empezar y no
saturaros con tanta información, empezamos esta semana con seis de los doce
tipos. A ver si, por casualidad, os encontráis alguno que os sea familiar.
No seas/no existas: Algunas
personas han podido experimentar cómo algunos padres les decían frases como
“ojala no hubieras nacido” o “mira qué cantidad de problemas nos das desde que
naciste”. También puede transmitirse a través del maltrato físico o psicológico
siendo un tipo de maltrato la marginación y desatención del niño. Con este
mandato, la persona puede basar su estilo de vida en presentar comportamientos
de riesgo como la adicción, la delincuencia, profesiones de riesgo, etc.
¿Supone este mandato que vaya a terminar con la vida del que lo recibe? No es
necesario. Otra forma de representar este mandato es la necesidad de vivir sólo cuando… (Estés
triste, enfadado, trabajes mucho, hagas lo que yo quiero, seas alguien de
provecho, etc.).
No estés cerca: Este mandato
hace referencia tanto a la cercanía física como a la emocional. Este mandato se
observa fácilmente en las familias que no se tocan, no se abrazan o no se
besan, así como aquellas en las que nunca se habla de los sentimientos. En
estos casos, los hijos pueden llegar a la conclusión de que la mejor forma de
evitar el rechazo es el alejamiento físico y emocional. Si esto ocurre, puede
darse el mandato No confíes. Este mandato puede mantener a la persona alejada
de los demás para evitar el daño con el pensamiento de “no son de fiar” o “uno
no puede fiarse de nadie”.
No lo hagas: Este mandato
puede mandarlo un padre o una madre que siente envidia por las facilidades o
logros de sus hijos. Por ejemplo, un padre que deseaba estudiar pero tiene que
ponerse a trabajar para pagarles la universidad a sus hijos. Es totalmente
inconsciente y, a nivel observable, los padres animarán a estos hijos a que
estudien pero, al mismo tiempo y sin darse cuenta, les transmiten el mandato de
“no lo hagas”, “no lo logres”. Este mandato puede afectar a los hijos convirtiéndolos
en incapaces para lograr sus metas incluso cuando parece que por fin lo van a
conseguir, encontrando siempre algo que lo impide.
No (no hagas
nada): ¿Conocéis a algunos padres que se pasan la vida diciéndole a sus hijos que
no hagan cosas? “No corras que te caes”, “No hagas esto que te haces daño”, “No
toques lo otro que te manchas”… Y, más adelante, los comentarios pasarían a ser
algo como “No vayas con Pepito que no me gusta nada”, “No camines sola por esa
calle que te puede pasar algo”, “No cojas el coche por la noche que hay mucha
gentuza que se va de fiesta”… Estos comentarios muestran el miedo de los padres
que se traspasa a los hijos, haciendo que estos últimos sean indecisos,
miedosos y preocupados.
No seas tú: Algunos padres
no aceptan a sus hijos tal y como son sino que desean que sus hijos sean como
ellos quieren. Un ejemplo de ello es cuando nace un bebé del sexo opuesto al
que los padres deseaban y, aun así, se esfuerzan por criarlo con los
estereotipos típicos del sexo deseado. De forma cómica, este ejemplo se puede
observar en la relación padre-hija de Robin Scherbatsky, personaje de la serie
Cómo conocí a vuestra madre.
No seas importante/No pidas lo que
necesitas: Este
mandato se da cuando los padres quieren omitir la parte “yo niño” de los hijos.
De esta forma, los padres transmiten que las necesidades de sus hijos no son
importantes y estos aprenden a dejar a un lado sus necesidades, a ser
conformistas y no luchar por lo que realmente desean, a no pedir nada, etc.
Y estos son seis de los doce tipos de mandatos de los que
vamos a hablar. Si todavía no
conocéis el AT (Análisis Transaccional) os recomiendo que le echéis un vistazo
a las siguientes entradas que hice en el blog:
-
Definición
de AT: http://homeostasiss.blogspot.com.es/2014/03/que-es-el-analisis-transaccional.html
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