El alcohol
es la droga de mayor consumo en la población y, sobre todo, en los jóvenes, pudiendo
provocar diferentes problemas sociales y sanitarios. Es por esto, por lo que
voy a centrar esta entrada en los menores a pesar de que mucha información
también puede ser trasladada a los adultos.
El consumo de alcohol se ha
convertido en algo habitual para muchos adolescentes, en especial el fin de semana, y se inicia cada vez a una edad más
temprana.
Todo el mundo
ha hablado alguna vez de las bebidas alcohólicas pero… ¿sabemos cómo actúan en nuestro cerebro?
Las concentraciones máximas de
alcohol en sangre se producen entre los 30 y 90 minutos después de haber bebido. Esto puede provocar que los jóvenes sigan
bebiendo ante la mítica frase “no me sube” y, más tarde, estén más ebrios de lo
que habían pensado estar en un principio. La
eliminación completa del alcohol en el organismo tarda entre 8 y 10 horas.
El alcohol produce, en un primer momento,
una sensación de euforia y desinhibición ya que adormece los mecanismos inhibidores de la
conducta provocando la pérdida de control de la misma. Esto explica los
mensajes a algunos “ex” o a las personas que les gustan y, al día siguiente, se
arrepienten de haberlos mandado.
Como el alcohol es un depresor del
Sistema Nervioso Central, después de la euforia y la desinhibición, aparece una
fuerte sensación de cansancio y sueño, lo que reduce el rendimiento intelectual y físico. Es aquí
cuando, al día siguiente, algunas personas se arrepienten de haberse "liado" con
determinadas personas que no son de su agrado.
¿Cuáles son algunas de las razones
por las que beben los jóvenes y cómo podemos razonar con ellos?
·
Razón: Para
divertirse o salir de fiesta. Razonamiento
del adulto: Es posible que te apetezca beber. Adelante. Con moderación no hay ningún problema. Pero
piensa un poco… ¿Sales de fiesta y bebes? O ¿Sales de fiesta a beber?
¿Sales porque ese día te apetece? O ¿Sales todos los fines de semana porque es
lo que hace todo el mundo y ni siquiera te has planteado otros planes? ¿Eres
libre de decidir lo que haces? O ¿Te dejas llevar y no piensas lo que haces en
tu vida?
·
Razón: Para
superar la timidez o las dificultades para relacionarse con los demás. Razonamiento del adulto: Si solo te ves
capaz de hablar con gente con varias copas de más, necesitarás beber alcohol siempre
que quieras afrontar esa situación. ¿Qué
pasará cuando vayas a un sitio y no tengas alcohol? ¿Habrás aprendido a
afrontar un problema? O ¿lo habrás encubierto sin haber aprendido?
·
Razón: Para ligar y hacer amigos.
Razonamiento del adulto: Aunque no lo crean, hay gente capaz de tener pareja y amigos fuera del
contexto de fiesta y alcohol. Es posible. Y, si no lo creen factible, es
conveniente que nos pongamos en el lugar de los jóvenes y preguntarles: ¿De verdad te ligarías a alguien que es
incapaz de andar sin chocarse con las paredes y
que dice estupideces porque el alcohol no le deja hacerlo mejor? ¿Esa
es la presentación que quieres dar de ti mismo/a?
·
Razón: Porque sus amigos lo hacen.
Razonamiento del adulto: Muchas veces nos da miedo decir que no a nuestros amigos pero nunca lo
hemos comprobado. Haz la prueba, la
presión ya está en tu cabeza, no pasaría nada por llevarlo a cabo y, como mucho,
verificar que nuestra presión es real. Quizá nos damos cuenta de que no
insisten, quizá comprobamos que nuestros amigos nos siguen aceptando tal y como
somos. Pruébalo y, si no sale bien, ya pensaremos otra solución para la próxima
vez.
·
Razón: Para olvidarse de los
problemas y las rutinas diarias. Razonamiento del adulto: Consumir alcohol no hace que los
problemas desaparezcan. Hacen que se mantengan. Mientras los ignoramos no buscamos ninguna solución y, además, se van
acumulando con nuevos problemas y hace la situación más difícil. Cuanto más
difícil sea la situación, más complicado será olvidarse de los problemas aun
bebiendo. A veces es necesario pensar las consecuencias a largo plazo
(aunque a los adolescentes esto les suponga gran dificultad).
·
Razón: Por
no tener otra alternativa de ocio. Razonamiento del adulto: Haz una lluvia de
ideas. Ahora que se acerca el verano los planes económicamente adaptados
para los adolescentes y jóvenes aumentan. ¿Qué tal si os vais a la playa a
cenar y bañaros por la noche? Es posible hacerlo sin alcohol y acordarse al día
siguiente.
Ante todo, es muy importante que los adultos adoptemos
una postura flexible y comprensiva. No
se les puede negar la ingesta de alcohol porque no tenemos la certeza de que
seguirán nuestro mandato cuando estén fuera de casa y sin vigilancia. Es
más, es posible que les incitemos a la rebeldía por no darles un razonamiento
válido según su criterio. Es mejor para el menor y para nuestra relación con
ellos, que hablemos del tema, que tengan la confianza de contarnos si beben o
no beben y por qué han decidido esa opción y proporcionarles la moderación que
pueden necesitar. Seamos realistas y
conseguiremos jóvenes con criterio propio.
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