El mundo ha cambiado bastante desde que
teníamos la edad de los más pequeños. Es una revolución de la que ya formamos
parte nosotros y con la que viven vuestros hijos. Por tanto, pedir a nuestros
hijos que no utilicen las nuevas tecnologías es como pedirles que viviesen en
Marte porque nuestro planeta es digital.
Los niños de hoy en día tienen
oportunidades pero en muchos casos sabemos tan poco de las nuevas tecnologías
que no podemos ayudarles a sacar provecho de ellas. Por otro lado, nuestros hijos se enfrentan a los riesgos
de siempre, los mismos que se nos presentaban a nosotros de pequeños, solo que
en un entorno que no conocemos bien. Y, en nuestro afán protector, podemos
decidirnos por dos caminos: 1. Disciplina y censura 2. Educación en valores.
La
disciplina y la censura tranquilizan la conciencia de los padres pero no
resuelven el problema. Las aplicamos
porque en un entorno que no conocemos nos parece más fácil pero los que sí lo
conocen se pueden saltar esa disciplina y esa censura con mucha facilidad. No debemos tener miedo porque nuestra mente es más poderosa que el
ordenador más potente del mundo.
Que nuestros hijos e hijas no tengan
competencia digital es como si nosotros no hubiésemos aprendido a leer en
nuestra infancia. Por eso, los padres que no se involucran en el acercamiento
por parte de sus hijos a las nuevas tecnologías, les convierten en huérfanos
digitales. Sin un referente de comportamiento, serán más propensos a
desarrollar hábitos poco saludables y estarán más expuestos a los posibles
riesgos. Está en nuestras manos evitar que esto suceda.
Las nuevas tecnologías son un medio para
facilitar tareas, solo son los vehículos para transmitir mensajes, por lo que
no hay que fijarse tanto en el vehículo como en lo que transmiten: el
contenido. Por sí solas no conducen a situaciones de riesgo. Si nuestros hijos utilizan las tecnologías
con valores equivocados, lo que hay que cambiar son sus hábitos de consumo y su
sentido de la responsabilidad, de la conciencia y de la propia seguridad.
Es aquí donde entra en juego la educación en valores. La forma de usar la
tecnología dependerá de los valores que los padres hayan transmitido a sus
hijos.
Los valores no se transmiten por
instrucción sino por experiencia. No podemos quejarnos de que nuestros hijos no
leen si no tenemos ningún libro en casa. No podemos decirles que dejen de jugar
con el ordenador y que salgan a la calle a jugar si nosotros nos pasamos la
tarde entera delante de la televisión
Las nuevas tecnologías son necesarias para el ocio y la socialización de los
niños y adolescentes. Fomentar una comunicación abierta y natural en cuanto a
las nuevas tecnologías supone convertir la frase “¿qué has hecho hoy en clase?”
en la de “¿qué has hecho hoy en Internet? Si normalizamos este paso desde el
principio, no les supondrá nada extraño hablar de ello.
CONSEJOS
GENERALES PARA TRATAR CON TUS HIJOS O HIJAS
-
Valorar positivamente que digan la verdad para
establecer un clima de confianza
-
Preguntar sobre
sus actividades y pedirles que nos
enseñen a utilizar algún programa que no
sabemos utilizar
-
Si se les castiga
sin ordenador o sin videoconsola, es necesario
cumplir el castigo
-
Organización
entre las obligaciones y el tiempo libre
-
Utilizar el
ordenador como método de aprendizaje y
diversión común con el que pasar tiempo con ellos
-
Los niños con
mayor edad o adolescentes pueden
utilizar el ordenador para elaborar la
lista de la compra, organizar viajes y demás aspectos familiares
-
Explorar con los
menores lo que se pueden encontrar en internet y discutir lo que puede ser apropiado y lo que no (no alertar
excesivamente)
-
Enseñarles a mantener su identidad privada y a no dar información personal
-
Aconsejarles no citarse nunca con alguien conocido
únicamente en internet
-
Recordarles que nunca hay completa privacidad en
internet
-
Aconsejarle que nunca contesten emails o mensajes que
sean hostiles o les hagan sentirse
mal (en el caso de que los haya, no es conveniente infundir miedo sin motivo)
-
Escucharles y negociar sobre los contenidos que pueden
ver, el lugar y el tiempo. Si sienten
que les escucháis accederán más fácilmente que si piensan que deben acatar
órdenes porque sí.
-
Padres separados: Acuerdo entre ambos progenitores en
la educación de su hijo.
En muchas ocasiones, supone una
dificultad puesto que la relación entre los dos está deteriorada y, en algunos
casos, el hijo puede recurrir a la manipulación con frases como “pues papá sí
que me deja” o “mamá me ha comprado una tablet”. Llegar a un acuerdo puede ser
muy difícil, pero de la coherencia de los padres dependerá el desarrollo
positivo de los hijos.
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