"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

miércoles, 23 de octubre de 2013

Veo, veo. ¿Qué ve un adolescente?

Como esta semana en ¿Te atreves? nos hemos dedicado a conocernos a nosotros mismos, vamos a tratar de manera introductoria cómo se ven a sí mismos los adolescentes.
Las personas vamos construyendo nuestra identidad desde pequeños, pero es en la adolescencia cuando esta búsqueda de la identidad se incrementa. Ya no son niños pero tampoco son adultos. Entonces ¿Qué son? Y para resolver esta pregunta, el adolescente busca encontrarse a sí mismo y crear una imagen positiva tanto para ellos como para sus seres queridos.
En la búsqueda del autoconocimiento juega un papel muy importante el realismo con el que cada uno ve sus acciones y su forma de pensar y sentir. Pero los constantes altibajos de los adolescentes en su estado de ánimo influyen en el nivel de realidad con el que se ven. Este es uno de los aspectos de por qué es tan complicado desarrollar el autoconcepto en esta etapa.
Pero, ¿qué es el autoconcepto? El autoconcepto es la forma en que las personas se ven a sí mismas. Y entonces, ¿en qué se diferencia de la autoestima? En que la autoestima es la forma en la que las personas se valoran a sí mismas.
Desde la preadolescencia (12-14 años) se preocupan por su cuerpo, por su aceptación social, por si su grupo les rechaza, si son queridos por sus padres… Es por esto, por lo que es recomendable crear una autoestima positiva desde la familia ya que es el pilar afectivo y social desde el nacimiento. Una autoestima positiva lleva, por consiguiente, a gozar de salud mental, por lo que es muy importante que los padres les hagan sentir queridos a pesar de las posibles disputas (nunca decirles “eres malo, eres tonto…” Si no, “no me gusta esto que has hecho”) y si, pasado unos minutos del conflicto, el ambiente se tranquiliza, no dejar pasar la posibilidad de decir algo tan grande como es un “te quiero”.
Con la adolescencia llega la búsqueda de la autonomía y eso supone que, en algunas ocasiones, decidan no ir a viajes, excursiones o eventos a los que antes iban acompañando a la familia. Para algunos padres es un tema difícil de afrontar pero que hay que comprender. El paso a una nueva etapa supone cambios, y entre ellos se encuentra la posibilidad de renunciar a la presencia continua de los padres. Así, siendo más independientes, llegarán a ser más autónomos.
Algunos padres se sienten molestos ante estos nuevos cambios al opinar que están cuestionando su autoridad. Es entonces cuando se ponen a la defensiva, propiciando que el adolescente también se ponga a la defensiva y surja el conflicto. Esto, paradójicamente, hace que las ganas de autonomía del/la hijo/a crezcan. Pero es muy importante destacar que NO es una ruptura real sino que es un cambio en la relación y, por tanto, es aconsejable que los padres den un voto de confianza. Esto es una situación difícil puesto que no sólo los padres tienen miedo a perder el cariño de sus hijos sino que los adolescentes temen perder el amor de sus padres.
Para finalizar, los adolescentes pueden comportarse como adultos en determinadas ocasiones para buscar la independencia cuando realmente no lo son. Por esto, hago hincapié en la importancia que tiene preparar a los hijos para vivir una etapa de mayor autonomía y, por tanto, de RESPONSABILIDAD.
 
 

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